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Reportaje:TOUR 95

"Un ataque de gran estilo"

Desde las tripas de la carrera, cómo se fraguó el golpe del ONCE

Carlos Arribas

Induráin comenzó la etapa a cola del pelotón; los del ONCE, delante. Desde el primer metro de los 222,5 kilómetros que llevaron el Tour hasta Mende se olió que el día iba a ser especial. Así se vio su forja, su desarrollo y su conclusión desde las tripas de la carrera, desde el coche de Manolo Saiz, director del ONCE.

Primer puerto de primera (km 18,5)

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Comoda escapada

Jalabert está revoltoso. No para de intentar ataques. Bajo sus impulsos se rompe el pelotón. Induráin pasa rápidamente a la parte delantera. "Estamos cerca de la tierra de Jalabert, es 14 de julio y está como loco por ganar una etapa. No le podemos frenar", le dice Saiz a Herminio Díaz Zabala, el capitán de ruta del ONCE, que ha bajado a recibir instrucciones. "Tú y Stephens quedaros con Zülle. Los demás, que ataquen por delante". En el segundo pelotón se han quedado cinco corredores del Banesto Ramontxu, Rué Davy, Marino y Uriarte. Son los únicos que trabajan para enlazar. Por delante en un grupo de 55 corredores, los tres banestos que acompañan a Induráin -Garmendia, Miranda y Aparicio- se afanan en poner un ritmo vivo para evitar ataques antes de la fusión. Lo intenta Marie. "Es la situación ideal", apunta Faustino, el mecánico del ONCE. "Tenemos a los nueve banestos trabajando, cuatro delante y cinco detrás". Se corona el puerto pero el terreno sigue siendo accidentado.

Jalabert se va (km 24)

Tras varios intentos, Jalabert consigue escapar. Lo hace en compañía del italiano Bottaro (Gewiss). Los banesto siguen manteniendo un ritmo vivo. "Debería intentarlo Mauri ya", dice Saiz, que quiere a varios de sus hombres delante. En respuesta, lo intenta Stephens. Induráin sale a su rueda y lo frena. Jalabert y Bottaro llevan casi un minuto de adelanto al primer pelotón. El comisario no deja a Saiz adelantar al segundo pelotón, que lleva un minuto de retraso. Tras una breve discusión, Saiz hace caso omiso a la prohibición y adelanta. Salta Bortolami en busca de Jalabert y Bottaro "Vamos, Melchor", se impacienta Saiz. "Es ahora cuando tienen que intentarlo, pero Induráin les asusta y no se enteran de que es el momento ideal".

Mauri se retrasa (km 35)

El segundo pelotón, tirado por los cinco banestos y el Lampre, se acerca. Nuevo intento de Skiby, Lanfranchi, Peron, Marie y Pulnikov. "Qué oportunidad para haberse metido", dice Saiz. Bombini, director del Gewiss, se acerca al coche del ONCE para decirle a Saiz que no cree en las posibilidades de Bottaro y que va a intentar que se meta Cenghialta en la escapada para ganar la etapa. Saiz se acerca a cola del pelotón y grita a Breukink: "Dile a Mauri que baje a hablar con nosotros". Se acerca Stephens y le dice a su director: "No saltamos porque Induráin sale a por nosotros". Saiz se exaspera: "Dile a Melchor o Bruyneel que salten, que lo que quieren los banestos es que enlacen los de atrás. No podemos dejar a Jalabert meterse solo 200 kilómetros". El segundo pelotón no llega. Salta Bruyneel. A su rueda, Induráin le reduce. Más intentos de Marie, Mejía, Museuw y Arrnstrong. Mauri no aparece. "Vamos Melchor, mecachis...", suelta Saiz.

Mauri ataca (km 40)

Un par de minutos después, Mauri salta y se une a Jalabert y Bottaro. No aparece Cenghialta. Los carrera intentan meter a algún hombre, pero no lo logran. "El pelotón ya baja el ritmo", dice un Saiz más tranquilo. "Pero es raro que no haya. entrado gente de otro equipo. El segundo pelotón, tirado por el Lampre, empalma. Peron (Motorola), Podenzana (Brescialat) y Stephens (ONCE) se escapan cuando el trío delantero está a dos minutos. Saiz se entera de que Bottaro no releva delante e interpela a Bombini. Inmediatamente Bottaro colabora. A Saiz le molesta la actitud del Lampre y también que el Carrera y el Banesto hablen. Se teme unas cuantas alianzas para hundir la escapada. Stephens tira del segundo trio para enlazar. "Nuestra intención es hacer la carrera lo más difícil posible al Banesto", dice Saiz. "Es una forma de dar valor a su triunfo. Si Induráin ganara sin oposición la gente dirá que no ha tenido rival. Que ganar el Tour es fácil". Leali, director del Brescialat, le pide a Saiz que Jalabert espere a Podenzana. "Relevará, promete. Perini, el veterano compañero de Podenzana, se acerca a remachar el clavo. Saiz da órdenes a Mauri y Jalabert para que levanten un poco el pie y esperen los refuerzos. Se acerca el veterano director Ferretti, del MG, el mayor experto en fugas. "Un ataque de gran estilo", le dice a Saiz admirativamente. "Un ataque de gran calidad", agrega. Saiz respira tranquilo. "Mucha comida y mucha agua para los de adelante", ordena a Sebastián Pozo, su segundo, que va en el coche detrás de los fugados.

Tranquilidad

Se juntan los seis adelante. La ventaja llega hasta 10 minutos 40 segundos y allí se estabiliza. Bombini rompe un poco la calma: "Bottaro va al límite. Si hubiera entrado Cenghialta..." Bruyneel baja a charlar: "Este Induráin, cómo me ha frenado. Si no me salta, enlazo. Hasta Echávarri se ha enfadado con él por eso". Saiz quita hierro al asunto y le dice al belga: "Dile a Zülle que me gusta córno va". Llegan noticias del Motorola. "Kuiper dice que Peron colabora y si Jalabert llega (le amarillo, él gana la etapa", dice Pozo. "De acuerdo", responde Saiz.

Nerviosismo

Herminio baja a rendir informes de sus conversaciones con el pelotón. Ha hablado con Bombini y Frattini que le aseguran que no trabajarán contra la fuga. Pero ve a Riis muy nervioso. El danés ha bajado varias veces a hablar con Bombini. Ve peligrar su tercer puesto en la general. Herminio se va cargado de coca-colas para Zülle. "Bombini está muy nervioso", dice Saiz, que interroga al colega italiano. "Yo estoy tranquilo", le asegura el director del Gewiss, "pero veo al Banesto nervioso". "Pues tranquiliza a Riis", le responde Saiz. "Dile que Jalabert sólo va a por la etapa, que des pués caerá en los Pirineos Poco después, Bottaro deja de colaborar delante y los gewiss ayudan a Banesto. El Carrera también se une en la cabeza. Saiz empieza a pensar que los fuga dos no llegan, aun que la diferencia se mantiene estable en torno a los 10 minutos.

Masaje desde el coche

En el avituallamiento, Miguel Ángel, el masajista ciego del ONCE, deja el coche de Pozo y entra en el de Saiz. Inmediatamente después, Zülle, que se queja de su pierna derecha, baja hasta el coche, para que le reconozca Miguel Ángel. Este le toca la pierna y le da un par de estirones de osteópata. Zülle se queja menos. "Ahora mete toda la tranca", le ordena a Zülle. "Vete fuerte y ponte a rueda de Induráin", le dice Saiz al suizo.

"Orgullosos del equipo"

Los Polti, los MG y los Novell también tiran del pelotón perseguidor. Saiz, molesto, pregunta a todos los directores por qué. Ninguno le da ninguna razón convincente. "Por piacere", le dice Zenone, del Polti. Saiz si gue temiendo, pero la diferencia no baja más que un poco, aunque Jalabert pinche y Stephens empiece a sufrir calambres y se quede. Hace tiempo que Podenzana no colabora. El terreno es muy complicado. Una carretera estrechísima y un asfalto muy granuloso. El pelotón va muy fuerte y, en la cota de tercera, estalla en mil pedazos. Pero adelante resisten. "Hay que echarle narices. Hay que ir a muerte, pase lo que pase", señala Saiz a Pozo para que anime a los fugados, Duda del éxito. Radio Tour vomita: "Excepcional trabajo de Mauri". La diferencia baja muy len tamente. Saiz empieza a creer. Radio Tour: "Ataque de Jala bert". El francés deja a todos y gana en solitario. Manolo Saiz abre el micrófono interno y dice a todos los miembros de su equipo: "Debemos estar orgullosos de pertenecer a este equipo, al ONCE".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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