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Morceli aplasta el récord mundial de 1.500

Santiago Segurola

Nurredin Morceli prosiguió ayer su carrera contra los limites del hombre. El mediofondista argelino aplastó en Niza el récord mundial de 1.500 metros, con un registro de 3m 217,37s. La magnitud de la plusmarca se debe medir por el recorte sobre el anterior primado (3m .28,82s), también en poder de Morceli, cuyo apetito de récords es insaciable. Tras conquistar los 1.500 metros, la milla (3m 44,39s), 2.000 (4m 47,88s) y 3.000 (7m 25,11s), sólo le queda el reto de los 5.000, donde tendrá que encontrarse con el ejército de kenianos y, etíopes.

El margen de mejora (1,45 se gundos) es el mayor obtenido desde que el estadounidense Jim Ryun en 1967 rebajara en 2.5 segundos el récord del le gendario australiano Herb Elliott. Desde entonces han pasado 28 años y se han des contado seis segundos a la marca de Ryun. Estamos, por tanto, ante un récord histórico, una de esas marcas que señalan el umbral de lo desconocido.En el mismo escenario del inolvidable combate entre Steve Cram y Said Auita -aquel duelo significó la ruptura de la frontera de los 3.30 minutos-, Morceli ofreció una pieza maestra. Protegido por el todo el clan familiar,_-su hermano Abderramán es su preparador y su hermano menor, Alí , le sirvió de liebre en la carrera-, atacó el récord con una decisión extraordinaria.

Alí Morceli lanzó la carrera durante los primeros 700 metros, con unos pasos parciales ideales para conseguir la marca mundial. Sólo Morceli estaba en condiciones de seguir la estela de las liebres, a pesar de la presencia de atletas de gran prestigio, como el español Fermín Cacho y el keniano Kimai. Fermín Cacho desapareció de escena en los primeros momentos de la carrera, mal ubicado en los últimos puestos del reguero de atletas que seguían al campeón argelino.

La cabalgada de Morceli alcanzó la apoteosis en los últimos 600 metros. En solitario, sin otro enemigo que la urgencia del tiempo, Morceli destapó todo su talento. El peaje de la fatiga parecía inminente, pero Morceli vulneró al peor adversario de los atletas: el ácido láctico que produce la fatiga y envenena los músculos. Cubrió los últimos 300 metros. en 40 segundos, sin acusar el esfuerzo de su pelea contra la plusmarca mundial. Incluso en la última recta, el atleta argelino mantuvo la cadencia y la amplitud de su zancada, lejos de la vista de sus rivales, desperdigados por la pista y apabullados por un hombre que acababa de, realizar una gesta para la historia.

La única amenaza

Momentos antes de la explosión de Morceli, uno de sus récords -el de los 2.000 metros- estuvo a punto de caer en manos del único atleta, capaz de debatir con el argelino en la pista: Venuste Niyongabo. Aunque todavía no ha podido batir a Morceli, el mediofondista de Burundi tiene las, cualidades precisas para acercarse a, los tiempos del cuádruple plusmarquista mundial. Niyongabo, de 21 años, se quedó a 81 centésimas del récord de Morceli en los 2.000 metros, establecido la pasada semana en la capital francesa.También corrió en solitario, sin verse apretado por ningún otro, atleta sin otra obsesión que la plusmarca. No lo consiguió. Perdió la oportunidad de romper el récord en los últimos 400 metros, pero dejó la impresión de ser la única amenaza para Morceli en la lucha por las marcas. Otra cosa son los campeonatos, donde las tácticas guardan innumereables sorpresas. El atleta argelino fracasó en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 y Niyongavo no ha disputado aún competición de gran calibre.

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