Los All Blacks aplastan a Inglaterra

El rugby tocó el cielo ayer en Ciudad del Cabo. En un partido inmenso, los All Blacks neozelandeses pasaron por encima de Inglaterra -magnífica, pese a todo, pero impotente-, y confirmaron el dominio del hemisferio sur en la élite. El anfitrión, Suráfrica, su rival en la final; tiembla después de lo visto ayer. Fue casi increíble.Nueva Zelanda no era favorita al haber renovado su equipo. Pero lo suyo no ha sido una renovación, sino un milagro. Que se lo digan a todo un ganador del Cinco Naciones que a los siete minutos había encajado dos ensayos y a los 27, tres, lo que ponía un humillante 25-0 en el marcador. Lo que siguió fue sólo el meritorio esfuerzo de Inglaterra por salvar el honor. Sacó ya todos los golpes de castigo a la mano y logró cuatro ensayos. Pero la herida era demasiado grande y los All Blacks la abrieron aún más con varios zarpazos en cuanto tuvieron ocasión.

Cuatro de los seis ensayos de los neozelandeses, fueron obra del impresionante tres cuartos ala Jonah Lomu. En el primero, tras quitarse de encima dos placajes como si se rascara de moscas, arrolló al pobre zaguero Catt que osó ponerse delante. En los demás, mostró otra vez su potencia y su agilidad con cambios de pie asombrosos para una locomotora (1,95, 118 kilos). Y placó dos veces a Tony Underwood sacándole fuera del campo por la camiseta como si fuera un muñeco. Toda una exhibición.

Pero los All Blacks fueron Lomu y también un equipo prodigioso, un auténtico placer del gran deporte.