Anguita inicia la carrera del 28-M con ataques a los socialistas e ignorando al PP
Dios ampare a los socialistas, porque la campaña que ayer abrió Julio Anguita en Toledo va a ser a sangre y fuego. Y posiblemente sin prisioneros. Toda la intervención del líder de Izquierda Unida se dirigió en exclusiva contra el PSOE, cuyos años de gobierno fue desgranando como una historia de traiciones, engaños, y amarguras. "Nos quedamos solos denunciando" la gestión del PSOE, dijo Anguita. La referencia al PP sólo sirvió para reforzar las críticas al Gobierno de Felipe González. Los medios de comunicación también se llevaron buena parte de las acometidas de Anguita, quien les acusó de atacar a Izquierda Unida.
Daba frío ver a Anguita con un chaleco azul, en mangas de camisa, subido en el blanco escenario de la plaza del Ayuntamiento de Toledo, mientras un aire gélido hacía tiritar a las mil personas que habían acudido a la apertura de campaña.La historia empieza para Anguita en 1982, con la llegada de los socialistas al poder. Y es una historia de traiciones, engaños y amarguras. Julio Anguita apeló a la necesidad de la memoria para recordar año a año el "desastre" que, a su juicio, había sido el Gobierno de González. Cada año tenía su propio afán. En 1991, por ejemplo, fue el genocidio del golfo Pérsico. "Nos quedamos solos denunciándolo". En 1992, los fastos de la Olimpiada y la Expo. "Nos quedamos solos denunciándolo". En 1993, las elecciones. Aquí Anguita hizo una referencia a la enfermedad que le apartó de las plazas y los pueblos. "Pero este pueblo", dijo Anguita, "apostó una vez más por Felipe González". Y González, se quejó con amargura Anguita, "pudo pactar con Izquierda Unida, pero prefirió al señor Pujol".
En 1993 fue la reforma laboral. "Otra vez nos quedamos solos". 1994 fue el año de la corrupción. "También nos quedamos solos denunciándolo". En 1995, finalizó Anguita, "el asesinato y el terrorismo de los GAL". "Este es el país que tenemos", gritó Anguita. Sus palabras retumbaron en el pórtico de la catedral y, aunque había dicho que mantendría una "rebeldía tranquila", ya en la última parte del discurso fue elevando el tono y la crítica. Crítica hacia una Europa "que nos exige más que a los demás. ¿Por qué no podemos hacer como Inglaterra o Francia?", se preguntó Anguita. Y apeló con un gran grito al orgullo "y la virilidad nacional".
Hubo un momento en que la sombra del hidalgo manchego se paseó lentamente por la plaza. Fue cuando Anguita exigió a los que gobiernan que digan la verdad al pueblo: "Hay que decir que somos pobres y que tenemos que vivir con la dignidad y el orgullo de los viejos hidalgos castellanos. Y con austeridad".
Del PP apenas ligeras referencias. Sólo cuando dijo que lo utilizan como amenaza -"¡que viene la derecha! "- para que que la gente vote al PSOE.Y aconsejó que, si se tiene miedo a la derecha, se vote a IU.
Luego, ya en la Plaza Mayor de Madrid se abría formalmente la campaña con la pegada simbólica de cárteles. El cielo amenazaba lluvia.
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