El francés Laurent Jalabert, del ONCE, gran favorito para la Milán-San Remo

Dicen que, pese a lo que pueda parecer, la Milán-San Remo no es una lotería, que siempre la gana no sólo el corredor que más en forma esté, sino también el de más clase. Una victoria en Via Roma, de San Remo, 294 kilómetros después de la salida de Milán, es el augurio de una gran temporada. Así que el francés Laurent Jalabert ya lo sabe: tiene la primera prueba de la Copa del Mundo, y quizás la más prestigiosa, en el bolsillo. A menos que...

No todo es tan sencillo. Detrás de la victoria en la Milán-San Remo hay muchas voluntades empeñadas, muchas horas de entrenamiento invernal y muchas de las inversiones publicitarias de los patrocinadores. No en balde a la carrera italiana se la llama campeonato del mundo de primavera. Es uno de los monumentos que transcienden el mero hecho deportivo.Cada uno de los 13 equipos italianos, los que han estado arrasando en el inicio de temporada, tiene prepara dos sus hombres y sus tácticas. Y sus dudas. Sólo el español ONCE, conjunto de Jalabert, parece tener lo suficiente para inmiscuirse en esa lucha de orgullo patrio.

Los primeros en dudar son los sprinters, que no ganan en San Remo desde 1980. Los altos de la Cipresa, a 21 kilómetros de la meta, y del Poggio, 2 poco más de cinco, son como barreras insalvables. Los llegadores más en forma en el inicio de temporada -Cipollini, Baffi, Colagé, Nelissen, Baldato, Sciandri y Minali- temen el fuerte ritmo que marquen los hombres fuertes y la poca probabilidad de que un equipo aguante controlando una carrera tan larga, que en las últimas ediciones ha quedado hecha pedazos en el descenso del Poggio.

Más miedo, sin embargo, parecen tener los hombres fuertes a los sprinters. No se fían, por ejemplo, de las quejas de Cipollini,. quien dice que la gripe le ha dejado al 80% de su forma.

Los 'sprinters'

Recelan más de la capacidad del rey león para pasar la media montaña a buena velocidad. Y no sólo de la del magnífico Cipollini, sino de la mejoría general de la raza de sprinters para aguantar una prueba de fondo.

En esa tesitura andan el propio Jalabert, el ruso Borik, los italianos Fondriest, Ballerini y Zanini, el norteamericano Armstrong, el belga Museeuw y hasta el español Olano, Expresado en las palabras de BobriK, ganador del Giro de Lombardía, última prueba de la Copa del Mundo del año pasado: "Preveo que llegará a meta un grupo de al menos 20 ciclistas para, jugarse la victoria".

Pero Jalabert tiene sus propios Planes. Pese a que todos los favoritos le cargan a: él con la responsabilidad -"sería imbatible si se llegara en un grupo reducido"- el francés no se esconde y trabaja al modo Merckx.

El gran belga ganó siete veces la Milán-San Remo, y cada vez de una forma diferente, lidiando siempre con la presión de ser el favorito. Pero una cosa no se le pasaba cada año al caníbal.Acércarse al Poggio antes de la carrera y comprobar hasta el mínimo cambio en su descenso para poder arañar metros donde fuera. A eso es a lo que se dedicó Jalabert el jueves, porque la Milán-San Remo es una carrera que no se gana subiendo, sino bajando.