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El Betis regresa a su nube europea

El Betis se agarró al penalti que cometió Carreras en el minuto 20. Jugó la baza de la organización para detener al Racing. Hasta que Sabas irrumpió en el campo y tomó la tensión al partido, su equipo se deslizó por un camino peligroso. Entregó el campo a los cántabros y se encomendó a la sobriedad de Ureña y Vidakovic, que actuaron de barrenderos durante casi una hora. Pero el Betis conoció el efecto Sabas. El escurridizo delantero llevó el sosiego a la grada cuando sólo faltaba un minuto. El 2-0 devuelve al Betis a la nube. La UEFA está cada vez más cerca para un equipo sorprendente, capaz de hilvanar una estrategia ofensiva virtuosa y, después, tirar a la basura la imaginación.

Betis: Jaro; Jaime, Ureña, Vidakovic, Olias; Márquez, Cañas, Alexis (Stosic, m

86) Menéndez; Cuéllar (Sabas, m. 60) y Kowalczyk.

Raálng: Ceballos; lñaki, Merino, Zigmantovich, Pablo, Carreras (Tomás, m

46); Billabona (Christiansen, m. 46), Esteban Torre, Setién, Popov; y Radchenko.

Goles: 1-0

M. 20. Carreras detiene con las manos un sombrero de Márquez dentro del área. Alexis transforma el penalti.

2-0

M. 89. Jugada personal de Sabas que él mismo culmina tras driblar a Ceballos.

Arbitro: García-Aranda Encinar

Enseñó tarjetas amarillas a Olías, Márquez, Merino y Zigmantovlch.

Unos 35

000 espectadores en el Benito Villamarín

Porque así fue. La primera parte de los verdiblancos borró del césped al Racing. Marcó de penalti, pero pudo haberlo hecho de cualquier manera. Kowalczyk, Cuéllar, Márquez y Cañas, se dejaron caer en el área de Ceballos en siete ocasiones clarísimas que no tuvieron reflejo alguno en el marcador. Las llegadas del Betis tenían desconcertada a toda la defensa racinguista. Para organizar este terremoto en ataque el Betis necesitó que Carreras cometiera un penalti en una jugada extraña, apenas dañina. El gol de Alexis desactivó los grilletes de la zaga visitante. El Betis entraba en el área con una sencillez pasmosa. La mejor jugada fue tan lujosa que debió ser gol para registrase siempre. Al primer toque, Alexis, Cuéllar, Kowalczyk y Márquez descubrieron la geometría. La culminación, a cargo del último, encontró las yemas de los dedos de Ceballos, que se sacó un paradón portentoso.

El secreto del empuje bético está en el concurso de un futbolista anónimo: Juanjo Cañas, un guerrillero de pulmones de acero y zancada inalcanzable. Tan pronto estaba pisando área rival como desbaratando las ideas de Setién. Ambos libraron un duelo precioso. El cántabro, andando, fue capaz de gobernar a todo su equipo. Este futbolista lo será mientras pueda mantenerse en pie. Su antagonista, Cañas, apeló a la fuerza y la zancada, permitiendo que el Betis brillara en la primera parte y siguiera vivo cuando pintaron bastos en la segunda mitad.

Tras el descanso, Serra Ferrer ordenó cautela. El Betis cedió terreno y se echó en los brazos de su ganada fama de equipo menos goleado.

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