Cargol salva al Madrid en el último suspiro
Los blancos suman ante el Olimpia Liubliana su sexta victoria
Sabonis elige cuidadosamente día y hora para sus exhibiciones. Raramente falla en los partidos clave, aquéllos en los que el Real Madrid necesita de su virtud como elemento de distinción. El choque ante el Olimpia era uno de ellos. Y apareció el gran Sabonis. A su permanente e implacable presencia -30 puntos, 20 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones- y a la fugaz pero decisiva aparición de Cargol -convirtió la canasta decisiva a tres segundos para el final de la prórroga- debe el Madrid su importante victoria.El desarrollo del enfrentamiento entre españoles y eslovenos no hacía presagiar un final tan sumamente reñido. El choque discurría por los senderos lógicos. Sabonis aprovechaba su día inspirado y, casi más importante, motivado, para arrasar debajo de los tableros.
Los eslovenos, una vez despiertos, reaccionaron (13-13, en el minuto 10), pero al Madrid no le costaba nada volver a despegarse en cuanto forzaba (22-13), tres minutos después. La superioridad de Sabonis invitaba a la consecución de un triunfo fácil y así lo reflejaba el electrónico, siempre favorable al Madrid. El 34-27 del descanso se convertía en 51-37 en el minuto 30. El partido, más por lo que sucedía en el parqué que por los 14 puntos de ventaja, estaba decidido. Pero Obradovic no estuvo de acuerdo.
El técnico serbio tomó el protagonismo del choque. Y lo hizo equivocándose. Por activa por pasiva: dio entrada a Núñez -base de 16 años- en el puesto de Antúnez y le mantuvo cuatro minutos en cancha; suficientes para que un 53-40 en el minuto 31 se transformara en 57-56 en el 35.
Era el momento que había estado esperando Hauptmann. Aprovechó el desasosiego madridista y comenzó la lección de cómo, se anota un triple (hasta seis convirtió). Los dos últimos colocaban un 60-66 a 2,14 minutos para el final.
Los blancos cerraron filas, apretaron dientes y llegaron a colapsar el ataque de los de Liubliana. Arlauckas, en su única acción feliz de toda la noche, forzó la prórroga a nueve segundos para el final (66-66). La igualdad se mantuvo hasta los instantes finales, 72-72, a 31 segundos para el final. Y García Coll se convirtió en héroe al lanzarse a la madera para recuperar un balón que, 28 segundos después, Cargol, reboteando, el tiro de Sabonis, transformó en la canasta triunfal.
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