Un coronel mata a martillazos a su esposa
Rafael Benito Llobregat, de 65 años, coronel retirado del Ejército, dio ayer por terminados más de 40 años de matrimonio ejemplar. Tras una fuerte discusión, a su mujer, Carmen Azorín, de 68 años, la cogió, entre el salón y el pasillo y le machacó el cráneo a martillazos. Luego, en la cocina, le asestó una cuchillada en el estómago. Antes de morir, Carmen, presa de fuertes sacudidas, sufrió una dolorosa agonía. Era una mujer menuda y vivaracha, según los vecinos.
La hecatombe fue descubierta en pleno apogeo por María del Carmen, hija del matrimonio, que volvía de su trabajo de maestra. Eran las 17.05. Entró en la casa del quinto piso de la calle de Jerónima Llorente (Tetuán), donde vivía con sus progenitores.
Su padre, al verla, la recibió con un martillazo en la cara. Le hundió la parte izquierda. Aun así, la hija pudo pedir auxilio. El vecino del séptimo, un guardia civil, escuchó los alaridos y bajó. Consiguió reducir al coronel en tratamiento psiquiátrico, según la policía-.
Una vecina señaló ayer que, al bajar ella, el homicida pedía perdón, entre sollozos, a su hija y le suplicaba que no contase lo sucedido a su nieto. También indicó esta vecina que el coronel declaró a la policía que su intención era acabar con la vida de su hija y después suicidarse. La madre murió a las 17.55, derribada en el suelo de su hogar. La hija fue ingresada en el hospital La Paz, bajo un fuerte choque emocional.
Las causas del crimen seguían ayer en la oscuridad. El, matrimonio, con tres hijos, era considerado un ejemplo en la finca. Al coronel, un hombre chistoso y calvo, nadie le vio nunca un atisbo de violencia.
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