"Somos un país de chistosos"

Pepe Carroll es, hoy por hoy, una estrella emergente de la televisión nacional. Tras buen número de apariciones en lo suyo, la magia, y gracias a Genio y figura, la revelación del año en Antena 3 Televisión, la desgarbada figura de este ilusionista de nariz aguileña y media sonrisa preñada de sarcasmo lleva camino de hacerse tan familiar para el telespectador como los bigotes de Íñigo, los relojes de Kiko o las gafas de Emilio Aragón. En estas fiestas el Telemaratón de Antena 3 contará con su presencia, pero su programa de chistes pasará a otras manos. En el 95, él dominará El juego de la oca.Pregunta. ¿Por qué ha funcionado tan bien Genio y figura?

Respuesta. Yo creo que los chistes son algo que siempre está ahí, en la calle. Somos un país de chistosos. Cuando se termina una comida y no sabe la gente de qué hablar, siempre hay alguno que sabe contar chistes y lía enseguida la traca y te tiras ahí un buen rato contando y escuchándolos. La gente que ve el programa se lo graba e, incluso, se apuntan los chistes para contarlos en la oficina al día siguiente.

P. Ahora que le ha cogido el gustillo a esto de presentar, ¿qué le parecería estar al frente de un programa que durara un montón de temporadas?

R. Con una competencia como la que hay, en la que, a cada momento, las cadenas rivales están sacando programas idénticos, un programa no puede tener ya una vida tan larga. Sólo lo ha conseguido el 1, 2, 3..., en el que Chicho Ibáñez Serrador iba aportando novedades en cada edición. Ahora eso es casi imposible.

P. ¿Qué concepto tiene de la publicidad?

R. Para los que trabajamos en una televisión comercial es necesaria, porque, si no, no podríamos vivir de esto. Es fundamental. Imprescindible.

P. ¿Qué es para usted un mando de televisión?

R. Un señor que tiene un alto puesto en la jerarquía de televisión.

P. Concretaremos más la pregunta. ¿Qué es para usted un mando a distancia?

R. Un apéndice. Una prolongación de nuestra propia anatomía, que poco a poco se ha ido haciendo solidario con nuestra mano. La evolución, ya lo dijo Darwin.