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Antic convierte la rehabilitación de Prosinecki en una cuestión personal

Para Radomir Antic, la rehabilitación futbolítica de Prosinecki es casi una cuestión personal y parece dispuesto a llevarla hasta las últimas consecuencias. El técnico fue el artífice de su salida del Madrid y sigue defendiéndolo. Cuatro meses después de su cesión al Oviedo, empiezan a alzarse voces contra una operación que le va a costar al club asturiano 100 millones, sin ningún derecho más sobre el croata a partir del 30 de junio. La cesión fue posible por la renuncia de Prosinecki a 30 millones de su contrato y porque el Madrid asume 130 millones.

La fría estadística dice que de momento Prosinecki no ha amortizado el esfuerzo de un club como el Oviedo, modesto económicamente. Hasta ahora ha participado en nueve partidos, pero sólo cuatro de ellos completos, y ha marcado un gol, que sirvió para derrotar al Sevilla en casa.

Rara ha sido la semana en que el croata ha participado con normalidad en los entrenamientos. Una lumbalgia, los compromisos de la selección de su país y, últimamente, las molestias en una rodilla, le han convertido en un futbolista guadiana, que aparece y desaparece continuamente. Carnaza para alimentar la leyenda negra de Prosinecki en los tres últimos años.

Prosinecki está cumpliendo su etapa en Oviedo con discrección. En el campo ha dejado media hora excelente frente al Compostela, una actuación convincente en el Camp Nou y detalles sueltos en otros partidos. Lejos del terreno intenta no dar argumentos para engordar su fama de vividor, algo casi imposible en una ciudad como Oviedo. Los comentarios sobre sus salidas nocturnas son aceptados por el jugador y el club toma el caso como un peaje inevitable por su fama.

Ante los primeros datos estadísticos de la aportación de Prosinecki al Oviedo, Antic ha respondido con contundencia: "Es más; barato que el 80% de nuestra plantilla". Ello ha provocado la reacción en la prensa local y el consiguiente enfado del técnico.

Amenaza añadida

Antic tenía la esperanza de que Prosinecki pudiese respaldar sus teorías en el estadio en el que ha. dejado tantas cuentas pendientes. Sabía que una cláusula del contrato de cesión impedía a efectos prácticos que el centrocampista jugase con otra camiseta en el Bernabéu, ya que el Oviedo tendría que pagar 25 millones de pesetas al Madrid.Pero Antic, un técnico que intenta atar todos los cabos de un partido, lanzó la apuesta, sabiendo que no tenía nada que perder. Si el Madrid aceptaba, Prosinecki se convertiría en una amenaza añadida en una semana particularmente difícil para Valdano. Si se niega, siempre quedaría la impresión de que el gigante blanco se arrugaba.

En realidad, se trata de un capítulo más del maquiavélico manual de Radomir Antic, un entrenador al que le gusta recordar a menudo su estrambótica salida del banquillo madridista y la amistad que mantiene con las vacas sagradas del vestuario blanco. Un técnico que intenta, en cada visita al estadio Santiago Bernabéu, demostrar sus cualidades de estratega, doblegando a sus sucesores en el banquillo madridista. Y un profesional que ahora confía en la resurrección de Prosinecki para lanzar otra andanada directamente dirigida a la fachada de la casa blanca. El domingo no será posible. El Madrid no deja jugar a Prosinecki y el Oviedo no está dispuesto a invertir más dinero en él.

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