"EI PP y Unió Democrática se parecen como un huevo a una castaña"
Reelegido ayer presidente del comité de gobierno de Unió Democrática, el partido coligado con Convergència, Duran Lleida opina que, más allá de dimisiones o no dimisiones por los escándalos que han sacudido al Gobierno catalán, "hay que adoptar medidas que comporten cambios en las maneras de hacer de CiU".
Josep Antoni Duran, de 42 años, resta trascendencia al cortejo de José María Aznar, pero destaca que recibe del líder conservador un trato deferente que no obtiene de los socialistas pese a que los diputados de Unió Democrática (UDC) apoyan al Gobierno. Duran ha sido reelegido presidente del comité de gobierno de UDC, histórico partido democristiano integrado en Convergència i Unió que celebró el pasado fin de semana su 19 Congreso.
Pregunta. Su petición de dimisiones para tratar de recuperar la credibilidad ante los ciudadanos ha irritado a sus socios de Convergència.
Respuesta. Yo entendería que Convergéncia estuviese molesta y ofendida con Unió si hubiéramos pedido públicamente dimisiones de miembros de CDC en el Gobierno catalán. O si Unió tuviese la pretensión de presentarse como un partido limpio y presentar a CDC como un partido sucio. O si Unió pretendiese lavarse las manos de las responsabilidades del Gobierno catalán. Este no era el sentido ni la intención de mis palabras ante el congreso de Unió. Mi opinión sobre el caso De la Rosa es que el Gobierno catalán no tuvo responsabilidad política alguna por el asunto del aval a Tibigardens. Sobre el asunto de Cullell he dicho, como Pujol, que creo a Cullell cuando afirma que las grabaciones contienen conversaciones falsas y que además están manipuladas. Unió no ha pedido ninguna dimisión. Lo que Unió piensa sobre la situación ya lo ha comunicado al presidente de la Generalitat, con quien hay una coincidencia básica de criterios al respecto.
P. ¿Y qué es lo que ha comunicado a Pujol?
R. Más allá de dimisiones o no dimisiones, hay que adoptar medidas que comporten cambios en las maneras de hacer de CiU. Pero eso lo debemos administrar nosotros, al ritmo de la coalición y no al que pretenda marcar la oposición. Sí dije en el congreso que a partir de la situación política general, que no se limita al Gobierno catalán, todos los partidos debemos hacer un esfuerzo para entender que hoy el ejercicio de la política exige una serie de actitudes y de asunción de responsabilidades. No sólo en el campo de la ética; también en el de la estética. Y quien no entienda esto debe dejar la política, dimitir. Pero, insisto, ésta es una reflexión general.
P. ¿Son más duras las condiciones que pone Unió para apoyar al PSOE que las que pone CDC?
R. El congreso de UDC concluyó que debemos ser más exigentes con el fruto de nuestro apoyo a la gobernabilidad. En la medida que sólo sirva para afianzar la continuidad del PSOE al frente del Gobierno, no nos interesa. Nuestro apoyo sólo tiene sentido si facilita una acción de gobierno que dé soluciones a los problemas reales del país.
P. Hoy dará usted una conferencia en Santiago, invitado por las juventudes del PP, y la semana próxima se entrevistará con José María Aznar en Madrid. El líder del PP dice que con Unió habla mejor que con Convergència. ¿Se están erigiendo ustedes en interlocutores de CiU con el PP?
R. Un partido catalán debe aprovechar cualquier ocasión de diálogo con un partido español para hacerle entender que no puede hacer de la anticatalanidad un signo de identidad, que es lo que está haciendo el PP. A causa de nuestro apoyo parlamentario al PSOE, ya lo sé, pero eso es lo que hace. Nosotros le diremos al PP: no hagáis eso porque estáis despertando pasiones que luego serán difíciles de rebobinar. Si el PP pretende nuestro apoyo para gobernar, debe dejar de atacar cosas esenciales como la lengua catalana, etcétera. El PP y Unió son muy distintos, como un huevo y una castaña. Pero estamos abiertos al diálogo. Cuanto más hablemos entre todos, mejor. Además, aquí hay una contradicción: hay un señor [Aznar] que me invita a dialogar aunque cada dos por tres lo pongo a caldo. En cambio, apoyamos en el Gobierno a otros señores [el PSOE] con los que nunca hemos tenido la oportunidad de dialogar sobre la marcha del país. Nosotros nunca hemos hablado con el PSOE. Nunca nos han dicho: 'Veámonos un día'. Yo le agradezco a Aznar que haga esa distinción de soberanía y de autonomía con Unió.
P. ¿Le costaría más apoyar a un Gobierno del PP que al del PSOE?
R. Con el discurso actual del PP, sí. Aunque si me hubiesen hecho esta pregunta en 1989 y respecto al PSOE, probablemente habría dado la misma respuesta. El PSOE ha variado su discurso. Y el PP tendrá que variar el suyo si algún día necesita nuestro apoyo.
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