_
_
_
_
FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

El Atlético eligió un mal día para cambiar de dibujo

El Atlético trató de asaltar al Madrid con un cambio táctico. Jorge D'Alessandro, el nuevo entrenador, modificó el dibujo que había imperado en la etapa de Francisco Maturana y construyó otro, más defensivo, cuyo objetivo esencial era atascar el teórico mejor canal de juego del contrario: el trabajo entre líneas de Laudrup. Por esa zona situó el técnico rojiblanco a Soler, en una especie de marcaje al hombre sobre el danés. La receta del 4-1-4-1 funcionó, pero sólo 21 minutos, los que tardó el Madrid en conseguir su primer tanto. Tras el descanso, D'Alessandro abandonó su idea y recurrió a un 4-4-2 convencional, aparentemente más ofensivo.Laudrup no existió hasta el 10. Sólo tocó 11 veces la pelota y en ninguna de ellas intentó dibujar un pase de peligro. En esa fase, el aliento de Soler le obligó a enviar la pelota hacia atrás en cinco, ocasiones y en horizontal otras dos. Hacia adelante, aunque en corto, Laudrup sólo tiró tres centros, uno sin éxito. El danés intentó viajar a las bandas, por donde Soler ya no le seguía, para sentirse a gusto. Pero tampoco lució en esas acciones.

Tras ese primer tanto, Laudrup no multiplicó su participación en el juego, pero sí la calidad y trascendencia de sus intervenciones. En sus acciones de trámite, desplazó la pelota hacia atrás en dos ocasiones, hacia los lados en una y hacia adelante en dos. Intentó una vez el regate, pero perdió la pelota, y dibujó cuatro pases de peligro. Entre ellas, la asistencia a Raúl en el 3-1 y el pase a Michel (asistente de Zamorano) en el 4-1.

Tras el descanso, D'Alessandro sacó del campo a Soler, abandonó la marca especial sobre Laudrup y cambió el dibujo táctico: del 4-1-4-1 pasó a un 4-4-2. La fórmula concedió libertad al danés, que ya pudo entrar en juego con mucha más frecuencia. En la segunda parte, hasta tuvo ocasión de disparar a puerta.

Los jugadores del Atlético señalaron el 1-0, originado gracias a un penalti inexistente según todas las versiones rojiblancas, como la clave del encuentro. Los números del partido dijeron que hasta el 1-0, el Madrid apenas inquietó en ataque y su máxima estrella, Laudrup, no apareció. Desde el 1-0, el Madrid fue un vendaval de juego y ocasiones.

En las nueve jornadas anteriores, el Atlético se había movido bajo un guión distinto. Maturana diseñó un 4-2-2-2 que no caló en el equipo, ni en resultados ni en juego. Sólo cuando el técnico colombiano introdujo una ligera variante a su dibujo (4-2-3-1) apareció el buen juego y hasta algún que otro marcador favorable: en Tenerife (1-0), en Madrid ante el Valladolid (6-0) y en Barcelona (4-3). El Atlético trataba de acaparar la posesión del balón y lo movía con toques cortos.

Con D'Alessandro, el sistema ha cambiado. Ante el Madrid, el equipo se rigió por un 4-1-4-1 en la primera parte y un 4-4-2 en la segunda. El equipo jugó más defensivo y su ataque se basó en balones cruzados de banda a banda. No mejoró. En realidad, eligió un mal día para el cambio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_