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"Hay que exigir a HB que se mueva para avanzar hacia la paz"

Carlos Garaikoetxea, vuelve a encabezar, a sus 56 años, la candidatura de Eusko Alkartasuna (EA) al Parlamento vasco, pero en esta ocasión con las peores perspectivas de la historia del partido, que se escindió del PNV en 1986. La coalición con Euskal Ezkerra no logró los resultados esperados en las generales de 1993, y en las pasadas europeas los 78.000 votos de EA no le permitieron mantener el escaño en el Parlamento de Estrasburgo. Además, la marcha de Xabier Albistur ha dejado a EA sin representación en el Congreso de los Diputados.Pregunta. Las encuestas no ofrecen resultados muy alentadores para Eusko Alkartasuna.

Respuesta. Quiero recordar que en anteriores elecciones autonómicas, las que mejor cuadran a un partido con la vocación de EA, las encuestas no nos adjudicaban más de lo que nos están adjudicando ahora. Cuando sacamos 13 o 9 nos daban seis. Las siglas históricas producen respuestas mimé ticas, y las siglas nuevas dan menos juego. Puede ser un problema técnico inevitable. Estamos tranquilos.

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P. ¿Qué ocurrirá si continúa la tendencia de las últimas elecciones y EA sólo consigue un peso específico en Guipúzcoa?

R. Tener una mayor implantación en Guipúzcoa no obsta para que seamos a la vez el único partido con representación en todos los territorios vascos, incluida Navarra, donde tenemos más de 20 alcaldes. El tópico de nuestra implantación uniprovincial lo tenemos que desmentir. Tenemos una mayor presencia en Guipúzcoa, pero estamos en todas partes, algo insólito para un partido de nueva creación. No han sobrevivido los partidos inventados últimamente, desde la operación Roca pasando por el señor Damborenea y partidos vascos de corte socialdemocrático. No tenemos 100 años de historia y no es fácil abrirse paso en las procelosas aguas de la política para un partido que está frente a eso que ahora está de moda llamar el sistema.

P. Si el 23 de octubre no se cumplen sus expectativas, ¿volverá a poner su cargó a disposición del partido, como hizo tras el revés electoral de 1993?

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R. Siento que me plantee hipótesis tan catastrofistas. Me gustaría hablar en términos más optimistas. Mi cargo está siempre a disposición de mis compañeros de partido. Si algo he demostrado en mi vida política es no tener demasiado apego al poder y a los puestos de responsabilidad. Cuando he tenido que abandonarlos por ser, coherente con mis ideas los he abandonado, así que no tendré ningún trauma si tuviera que hacerlo una vez más. Pero vamos a tener próximamente un congreso en el que se renovarán los cargos.

P. Tras la campaña llegará el momento de recomponer el consenso antiterrorista. ¿Replanteará EA su ausencia de la Mesa de Ajuria Enea?

R. Hace tiempo que estamos denunciando la escandalosa manipulación de la Mesa de Ajuria Enea. Para evitarlo y para no traicionar un objetivo tan noble hay que dotar a la Mesa de una serie de condiciones de neutralidad, de constancia de los compromisos y de apertura a todos los que representen algo en este país, incluida Herri Batasuna (HB), para que diga allí lo que tiene que decir y oiga lo que tiene que oír, de manera que lo que ha sido un monólogo se convierta en diálogo. Y exigir que se mueva primero el que más se tiene que mover, Herri Batasuna, para avanzar hacia la paz.

P. ¿Condiciona su vuelta a la mesa de Ajuria Enea al reconocimiento del derecho de autodeterminación, como se ha oído en la campaña?

R. Es un objetivo deseable, que siempre defenderemos al tratar de establecer un nuevo consenso. Pero por encima de nacionalistas somos demócratas y sabemos que el consenso es la síntesis de las posturas de todos los que comparecen.

P. ¿Qué opina del giro vasquista del PSE-EE?

R. Por sus obras les conoceréis. Ese giro se ha anunciado varias veces, y después parece que entra en hibernación.

P. ¿La entrevista que ha mantenido con el lehendakari Ardanza es el preludio del deshielo de relaciones con el PNV?

R. Por mi parte, sí. Los contactos serios y leales de las direcciones de los partidos, no incursiones subrepticias para lograr tránsfugas, los hemos promovidos nosotros. En nuestro caso está acreditada la voluntad de tener una buena relación.

P. ¿Podría verse una fotografía suya saludando a Xabier Arzalluz antes de una reunión, igual que al lehendakari?

R. Cuando, a instancias de EA, nos reunimos las direcciones de EA y el PNY no existió esa foto porque Arzalluz no asistió.

P. ¿Añora los años de Ajuria Enea?

R. Dice el poeta que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero yo vivo con mis ilusiones presentes. Los años previos, la época del Consejo General Vasco, fue de muchas ilusiones. Estoy muy contento de lo que hicimos, porque, modestia aparte, el 90% del autogobierno se hizo entonces, arrancando de cero. Pero hay que mirar hacia delante. Quizá de Ajuria Enea me queda el recuerdo agridulce de que no era un Gobierno de todos los vascos.

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