Beskov y sus visitas a España
A nadie podría ex trañarle que a Konstantin Beskov se le erice la piel cuando oye hablar de España. La carrera de este entrenador moscovita de 74 años está inundada de tragedias españolas. Beskov fue un gran delantero de los años cincuenta. Poco después de retirarse fue designado seleccionador soviético. Su gran cita como técnico llegó el 21 de junio de 1964. Escenario: Santiago Bernabéu. Cita: final del Campeonato de Europa de Seleciones entre España y la URSS. Marcelino batió a su amigo Yashin y Beskov se llevó la primera bofetada española. Pero le quedaban unas cuantas.Fue contratado como técnico del Dinamo en 1967 Se mantuvo hasta 1972, justo hasta que España surgió de nuevo. Aquel año el Dinamo cayó en la final de la Recopa frente al Glasgow Rangers. Escenario: Camp Nou. Beskov cruzó la acera y se sentó en el banquillo del Spartak, el rival más enconado del Dinamo. Ganó tres ligas y logró formar un equipo muy competitivo. Todo le iba sobre ruedas hasta que visitó España. Temporada 80-81: Spartak, 0; Real Madrid, 0. En la vuelta, los madridistas ganaron 1-0. ¡Cómo no, Beskov cambió de trabajo!
La federación soviética le reclamó de nuevo para que dirigiera al equipo nacional en el Mundial de 1982. Escenario: España. Nada bueno le podía pasar al bueno de Beskov. La URSS, no sólo fue eliminada inmerecidamente por Brasil en la primera ronda sino que fue víctima de un escandaloso arbitraje. El colegiado era Augusto Lamo Castillo.
Con este currículum no es extraño que Beskov, que entrena a diario con camisa y corbata y encima el chándal, esté malhumorado estos días. No presagia nada bueno. Ha recluido a sus jugadores en una fortaleza de Novogorks, una localidad a 30 kilómetros de Moscú. No deja hablar a ninguno con la prensa, local o extranjera. Tiene sus razones: "Si no saben jugar al fútbol cómo van a saber hablar con los periodistas".
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