El programa de Elena Ochoa bloqueó el Teléfono de la Esperanza

Las líneas del Teléfono de la Esperanza echaban chispas ayer. "En un día normal, sólo en Madrid recibimos unas 100 llamadas, pero en las últimas horas los teléfonos han estado bloqueados constantemente y es probable que se haya triplicado el número de casos", aseguró María Jesús Díez, subdirectora de este servicio de ayuda al ciudadano que funciona en España desde 1970.La causa de tanto alboroto fue la emisión del nuevo programa de Elena Ochoa en TVE-1, Luz Roja (jueves a las 23:15), que para su regreso a la pequeña pantalla eligió el tema de los malos tratos a niños, ancianos y mujeres; y facilitó el número de este batallón de voluntarios (91-4590050) que atienden unos 200.000 casos cada año.

"La avalancha telefónica comenzó en el mismo momento que el número apareció en televisión. Las líneas estuvieron colapsadas toda la noche y aún continúan así", señalaba a última hora de ayer María Jesús Díez. Luz roja, que contó con una audiencia media de 2.240.000 personas y una cuota de pantalla del 23,5%, continuará su andadura semanal con temas, basados en los problemas sociales cotidianos y, como la misma Elena Ochoa aclaró en la presentación del espacio, tratando al mismo tiempo de aportar soluciones.

La intención del programa de la doctora Ochoa es "alejarse de los clásicos reality shows", porque aunque relata con crudeza las más espeluznantes desgracias humanas, también incita a los espectadores a la prevención, a que enciendan la luz roja interior que les advierta de que ellos mismos pueden convertirse en verdugos o víctimas.

Tras mostrar varios casos, el programa también reflejó que todos habían solucionado su problema. Que siempre hay una luz. "Los medios de comunicación aportan soluciones, porque informan a la gente de que otros les pueden ayudar", dice la subdirectora del Teléfono de la Esperanza. Los conductores de otros programas similares prefirieron no opinar. Paco Lobatón señaló: "No puedo decir nada, no lo he visto". Según Nieves Herrero "los colegas no debemos opinar, ni para bien ni para mal".