'Tarjeta roja,' para tres árbitros de Primera

El problema arbitral sigue sin solución en el fútbol español. Tres árbitros de Primera División, dos de ellos con la vitola de internacionales, han sido merecedores de una singular tarjeta roja cuando se han disputado cinco jornadas de Liga: no arbitran partidos y además desconocen que están sancionados. Dos de ellos, el internacional aragonés Gracia Redondo y el murciano Gómez López, llevan tres jornadas de "suspensión de empleo y sueldo". A partir de esta semana se les ha unido el mundialista asturiano Díaz Vega. Sus errores sobre el terreno de juego tienen doble precio: un borrón en el expediente y casi 250.000 pesetas que dejan de ingresar por cada partido que se pierden.

El presidente de los árbitros, Victoriano Sánchez Arminio, que vive de su cargo después de ejercer esa "profesión" durante más de dos décadas, no quiere cargar las tintas sobre la celeridad con que esta temporada han aflorado los follones arbitrales sobre los campos de juego. "No es para llevarse las manos a la cabeza", se disculpó Sánchez Arminio, aunque después reconoció que "otros años la movida aparecía allá por el mes de marzo. El fútbol se mira cada vez más con lupa o por el agujero de una aguja".Esta temporada, prácticamente desde la primera jornada, se han aireado las críticas a los árbitros. A estas alturas, en la Federación ya hay abiertos dos expedientes, uno de ellos al entrenador del Real Madrid, Jorge Valdano. En la tercera jornada, el pasado 18 de septiembre, el internacional Gracia Redondo, director de una sucursal de Cajamadrid en Teruel, dirigió el Español-Barcelona (0-0) y sus errores le van a mantener un mes sin pisar un terreno de juego. Otro tanto sucedió con Gómez López, trabajador en la Bazán de Murcia, tras dirigir al día siguiente el Oviedo-Atlético de Madrid (1-0). La víctima de la última jornada ha sido el mundialista Díaz Vega en el Zaragoza-Barcelona (21).

Tirones de oreja

Los tirones de orejas a sus árbitros están a la orden del día para Sánchez Arminio que se pasa los lunes pegado al teléfono pidiendo explicaciones. El aumento de los sueldos -2 10. 000 pesetas por partido y 70.000 para gastos- no ha mejorado el arbitraje. "Ganar más no significa la desaparición de los errores. Los honorarios se fijan en función de un trabajo", se justifica Sánchez Arminio, quien insistió: "Siempre diré que los árbitros no están bien pagados, aunque ahora pueden colocarse a nivel europeo".

"No se es más profesional por estar mejor pagado", es la conclusión del presidente de los árbitros. Su teoría sobre su profesionalización es clara: "Es más fácil hablar de ella que llevarla a la práctica. Además, los árbitros españoles ya son profesionales porque como tales se lo toman".

Sánchez Arminio recurre a la ironía cuando se le plantea si el problema arbitral es irremediable. "Quiero que se fabrique una máquina que diga si es gol o no. Pero mientras la máquina sea humana...", se lamentó el presidente de los árbitros. "Si arreglar el problema es poner dos o cuatro árbitros", añadió Sánchez Arminio, "bendito sea Dios. Hay quien ha hablado de llevar walkie-talkie en lugar de los banderines... Ahora mismo la solución sería la máquina. Pero de momento no conozco que exista".