El Sanse aguanta el tipo

Un centenar de seguidores madrileños acompañaron a su equipo hasta tierras gallegas. El Sanse está en su mejor momento y la afición no quiere quedarse atrás.El centrocampismo fue la nota predominante en el partido, sobre todo en la primera mitad. En esa primera batalla salió ganando el conjunto visitante, puesto que, a pesar de no llevar el control del partido en ningún momento -pasó apuros ante el empuje del ataque local-, esgrimió agresividad y presión. Por parte local, sólo Vera y Mauro consiguieron llegar con cierto peligro hasta la portería de Márquez.

Las ocasiones tardaron en llegar. El joven Canabal dispuso de una al escaparse de su marcador por velocidad, aunque su lanzamiento salió demasiado cruzado. El Sanse no inquietó demasiado la portería de Monchu: tanto Arellano como Juanele buscaban con su movilidad romper la defensa zonal del Pontevedra, pero sólo lo consiguieron con un remate de Juanele que atrapó Moncho sin demasiados problemas. A medida que fueron pasando los minutos el juego fue decayendo no sólo en calidad, sino también en intensidad. Los visitantes asumieron su papel y se limitaron única y exclusivamente a mantener disciplina táctica y velocidad en los contraataques. El marcador, en todo momento, les era favorable, por lo que no había motivo alguno para las prisas y las precipitaciones.

En el lado contrario se encontraba el Pontevedra, que, presionado por los cerca de dos mil espectadores que se dieron cita en el campo, se veía cuando menos en la obligación de buscar un primer gol que abriese el camino de la victoria.

En el segundo periodo, el juego desapareció por completo y el partido se convirtió en una guerra de guerrillas: entradas duras, gestos antideportivos y enfrentamientos verbales entre jugadores marcaron la pauta de la segunda mitad.