El Leganes insiste en comenzar con mal pie
El equipo de Luis Ángel Duque calca el triste comienzo de la pasada temporada
Antes del partido, los aficionados se arremolinaban entorno a la pizarra de las alineaciones y opinaban en voz alta: "Hoy no saca a Antonio"; "Por qué no juega Chuso, ni Alfredo, si fueron de los mejores la pasada temporada". Algún despistado incluso preguntaba por Vivar, la insignia del Leganés, que fue fichado a bombo y platillo a final de la pasada temporada por el Tenerife, pero que todavía ni siquiera ocupa el banquillo del club canario. Duque castigó a Alfredo, Antonio, Andrés y Chuso, fijos el año pasado, por su actuación en la Ciudad Deportiva la pasada jornada. Alineó a otros, pero lo hicieron igual de mal. Y lo que está realizando el equipo pepinero es calcar su lamentable comienzo de temporada del año pasado.Un aficionado local atinó al calificar a los equipos de "peloteros". Y eso, teniendo en cuenta que cuando el caballero soltó su jucio se llevaban disputados 30 minutos de juego, sin duda los mejores del partido. Para el incisivo aficionado, pelotero es el que pega a la pelota con fuerza, pero sin ningún control. Tanto el técnico local, Luis Ángel Duque, como el visitante, Carlos Simón, optaron por ignorar a los jugadores más técnicos de su plantilla. Es una apuesta válida, que se lo digan al entrenador castellonense.
Pero Duque se llevó el carbón. Y eso que las cosas no comenzaron mal. La inercia del debú en casa, el Municipal de Leganés, llevó a los pepineros a crear alguna ocasión clara de gol. Las más nítidas para los locales las protagonizaron - David (disparo duro, que golpeó en el lateral de la red) y Miguel Ángel (cabalgada desde la línea divisoria, que termina sin consecuencia por falta de fuerzas). También el Villarreal se acercó en los primeros minutos, pero encontró a un acertado Aguilera.
Estas cuatro ocasiones en los primeros 30 minutos crearon una estadística ficticia: ni Villarreal ni Leganés jugaban bien, sólo imperaba el impulso y la tensión de los primeros minutos. Era tiempo para decidir el partido. El que marcara, se llevaría el partido. O, por lo menos, no se marchaba de vacío. Un par de minutos sentenciaron. Después de dos ocasiones por bando desperdiciadas llegó la verdadera. En el minuto 30, Mesas cabeceó al palo un envío de Miguel Ángel. Alguno ya se esperaba lo peor. Dos minutos más tarde (32), García Pitarch aprovechaba la suya con un potente disparo desde fuera del área. Y aunque Duque lamentó al final alguna decisión arbitral -"hubo dos penaltis de libro a Luis Ricardo e Iñigo, que habrían cambiado el rumbo del partido", señalo irritado, el resultado del choque estaba escrito en estas dos jugadas.
Falta de calidad
La culpa, que ya queda dicho, la tienen la falta de calidad, y por añadidura de capacidad para definir, de los jugadores de ambos bandos. El segundo periodo fue desastroso. Hasta Duque lo reconoció en la rueda de prensa posterior: "Los últimos minutos han sido lamentables". Mientras, la consigna de los visitantes era olvidar el fútbol como espectáculo para dedicarse al "rompe, rompe y rompe". Y, ¡boom!, la bota matarife se encuentra con el inocente balón y lo maltrata sin compasión.
El entrenador local recurrió entonces a otros dos delanteros. Primero se incorporó Migo y luego. el ex madridista Vilaseca, fichado por el Leganés esta temporada y llamado a ser el nuevo Vivar, ídolo de la afición. El primero es alto y corpulento, pero se mostró torpe y lento. El segundo creó una ocasión nada más entrar, dio muestras de su calidad y exigió con pequeñas gotitas de buen fútbol más minutos. Pero ayer la solución no era sacar más delanteros. El fútbol parte del centro del campo, y el Leganés no lo tuvo. La chirigotada de Dorado y Aguilera en los últimos minutos, que significó un gol en propia meta, fue el broche triste y significativo a un partido donde, con los mimbres que se pusieron en liza desde el principio, -se dejaba todo a la pura casualidad. Esta vez ganó el Villarreal. También lo podía haber hecho el Leganés, porque los equipos salen al campo con la premisa de "a ver qué pasa".
Divorcio en el Municipal
C.M.Se acabó la magia. "Fuera, fuera, fuera". Así despidió la afición a Luis Ángel Duque y sus jugadores. Si algo caracterizó al Leganés la pasada campaña fue que aunque el equipo perdiera de la forma más estrepitosa, siempre recibía el aliento de su hinchada. Parece que este año los seguidores pepineros no están dispuestos a aguantar mucho. El primer partido de Liga del Leganés en el Municipal irritó, casi desde los primeros minutos, a los seguidores más recalcitrantes. Llegó el divorcio entre equipo y afición.
En cuanto el Villarreal se adelantó en el marcador comenzaron los silbidos y los abucheos a los jugadores locales. "Duque, espabílalos o te van a espabilar a ti", decían. Los cambios en la alineación también provocaron molestia: "Eso, eso, sigue haciendo pruebas que al final vamos a jugar en Tercera". Al final del partido, los insultos subieron de tono, sobre todo después de la desgraciada jugada del gol en propia meta entre Dorado y Aguilera. El insulto más suave fue "pintamonas".
Después del partido, Duque señaló que había sido una minoría muy ruidosa. "Aunque les joda a algunos, tienen que reconocer que yo conseguí el ascenso a Segunda y he mantenido al equipo un año", dijo. Luego tachó la situación de injusta. "No me parece lógico que la gente a las primeras de cambio proteste. Es muy desagradable. Ahora me tengo que ir a mi casa andando y seguro que me van a hacer un traje a rayas", añadió.
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