Raducioiu destapa los truenos
El Español, con problemas para romper la defensa del Oviedo
El Español comenzó ayer a amortizar el fichaje más caro di su historia. El internacional rumano Raducioiu, vendido por el Milan en cómodos plazos, fue el hombre que destapó la caja de los truenos blanquiazules y atormentó a un Oviedo conservador que sólo mantuvo el tipo en la recta final del encuentro.El debú del Español en su retorno a Primera División no pudo ser más esperanzador. El hincha perico, que siempre está mentalizado para lo peor, se fue ayer a su casa convencido de que está temporada no va sufrir, aunque tuviera el corazón en un puño en los últimos por culpa del excesivo relajamiento de un equipo que apunta buenas maneras, imbuido por el espíritu agresivo de su entrenador, José Antonio Camacho.
Conseguido el ascenso, Camacho se desembarazó del colectivo ruso que había anidado en Sarriá y optó por fichar a un extranjero por línea. "Quiero un equipo diferente, que no tenga carácter de perdedor", le dijo al editor y mecenas José Manuel Lara. Y éste, que se entiende a las mil maravillas con el técnico de ideas tan "legionarias" como él, le respondió: "Adelante".
A pesar de la convincente victoria, al Español le costó romper el sólido sistema defensivo de un Oviedo que llegó a Sarriá sin Jerkan y Prosinecki, pero con hombres con suficiente oficio como para enfriar el partido y dejar que transcurrrieran los minutos.
Sin nadie que llevara la manija, los chicos de Camacho no supieron explotar su capacidad de penetración por las bandas. El montenegrino Brnovic, encargado de canalizar el juego blanquiazul, se perdió en el anonimato.
Y Radu por fin, recibió ese balón que tanto esperaba y no falló. Su primer gol en partido oficial con el Español llegó en el momento más oportuno, cuando faltaban escasos segundos para la conclusión del primer acto. Fue el sedante que necesitaba el Español.
Sin Jokanovic en las filas del Oviedo, el segundo tiempo fue un festival de goles y de errores arbitrales. La sociedad Lardín-Raducioiu comenzó a funcionar y el marcador se situó en un apuballante 3-0. El socio perico ya hacia números y hablaba del liderato. Dos despistes defensivos y en tan sólo cuatro minutos, falsearon el resultado. El Oviedo había acortado rápidamente distancias de la forma más sorprendente.
Camacho se desgañitó desde el banquillo. Pero su afonía valió la pena. El reajuste de líneas impidió que los hombres de radomir Antic estropearan un debú liguero tan esperanzador.
"Vamos a jugar al fútbol, no te lo pierdas" es el nuevo lema españolista para captar socios que remienden su maltrecha economía. Pues bien, ayer en Sarriá quizá no hubo fútbol de calidad, pero si un porrón de goles.
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