Un largo día para la gloria

Fue un día larguísimo para los colosos del asfalto. No pararon durante diez horas. Se levantaron a las cinco y media de la madrugada, aunque ya de. día en Helsinki, desayunaron, hicieron unos estiramientos y salieron para el estadio; allí, calentamiento y a correr. Tras la gesta, entrevistas y felicitaciones, más control antidroga. Con el tiempo justo salieron hacia la villa de los atletas para ducharse, afeitarse y cambiarse la ropa, porque había que asistir a la entrega de medallas.A primera hora de la tarde, mientras continuaba la lluvia de medallas en el estadio, disfrutaron de sus primeros momentos de descanso; por la noche, más compromisos: entrevistas y asistencia a las diversas fiestas organizadas por la clausura de los campeonatos. Todos querían estar con los campeones.

Pero todo fue a posteriori. Antes y, sobre todo, durante la carrera, corrieron en el anonimato español. Sólo con el increible apoyo del espléndido aficionado finlandés. Para poder ver su gesta en España se debió sintonizar televisión por satélite. Apenas La 2 de TVE dio sólo las imágenes de la llegada en diferido minutos después de que finalizara la prueba. TVE ofrece por su canal satélite los Europeos y ha marginado al espectador sin antena parabólica a retazos o a la madrugada en un resumen. Muchos vieron también la hazaña en la BBC -curioso-, que sí dio la carrera en directo, o en Eurosport, que ofreció en diferido casi la mitad de la prueba.