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Reportaje:

Médicos llovidos del cielo

La jornada de uno de los helicópteros de Tráfico para ayuda a los accidentados

La tarde discurre tranquila en el hangar de la Dirección General de Tráfico, en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos. Sobre el sofá de una salita decorada con fotografías de pilotos, una mujer joven, con un mono naranja, lee la página 97 de un libro de Tom Sharpe Es morena, tiene la mirada viva y los ojos claros. Sobre su pecho, una etiqueta informa de quién se trata: doctora María José Cepas 061. Insalud.A esa misma hora, sobre la carretera nacional Madrid-Burgos, una familia acaba de iniciar en automóvil su viaje de vacaciones veraniegas. Ellos, un matrimonio con un niño de nueve años y una niña de siete, desconocen que en el hangar azulado de Cuatro Vientos un equipo de al menos cincuenta personas (9 pilotos, 3 médicos, 3 ATS, 16 mecánicos, operadores de radio y administrativos), al que pertenece la doctora Cepas, permanece en vigilia atenta.

A las 18.35, Diego Barrientos, extremeño de 51 años, jefe de mantenimiento de la Unidad de Helicópteros, detecta sobre una potente emisora de fabricación suiza un mensaje de la Guardia Civil y Cruz Roja: "¡Atención, atención! Accidente en la carretera de Burgos, kilómetro 99. Puede haber heridos graves". Barrientos informa a la doctora Cepas, que a su vez habla con Manuel Guillén, de 43 años, jefe de la Unidad de Pilotos desde hace cinco años. Informa también al, ATS José Antonio López. Velozmente, confirma la noticia de otras fuentes.

18.37. Guillén acciona los rotores de su helicóptero Écureil, francés, 120 nudos de velocidad (unos 200 kilómetros por hora), capaz de alzarse hasta 6.500 metros de altitud y con tres horas y media de autonomía de vuelo. Cepas y López suben a bordo. Despegue inmediato.

18.40. El aparato cruza el cielo de Madrid. En ocasiones, su radio de acción se amplía hasta las provincias de Segovia, Cuenca y Toledo, donde la escasez de ambulancias es muy aguda. El helicóptero va provisto de una verdadera unidad de cuidados intensivos móvil: dispositivo electrónico para inducir la respiración del accidentado, marca Oxilog; respirador manual, Ambú; pulsioxímetro Ohmeda, medidor de frecuencia cardiaca y de saturación de oxígeno en sangre; aparato de desfibrilación ventricular Lifepak 10, que ataja la preparada cardiaca consecutiva a muchos accidentes graves. Una camilla permite la evacuación de un herido, prioritrariamente los lesionados en la médula espinal, que exigen un traslado estable, sin baches.

19.07. La unidad de atención sanitaria llega al lugar del accidente. Hay un vehículo volcado. Dos niños gimen sentados sobre el suelo. La médica María José Cepas les consuela. Les examina y sonríe. No sufren lesiones graves. El chico muestra una posible erosión ocular por lentillas: leve. La niña, pequeñas contusiones: leve. José Antonio López les anima. María José Cepas reconoce al matrimonio. Contusiones en la espalda, él. En una rodilla, ella. Todos, fuera de peligro. Una ambulancia traslada a la familia hacia Aranda de Duero.

19.35. Inician el regreso. La médica piensa en sus dos niñas, de cinco años y once meses. Sonríe. El piloto bromea. El ATS canturrea entre dientes. Un aviso urgente hace que Guillén sobrevuele El Plantío, donde se ha producido una triple colisión. Por la megafonía del helicóptero preguntan. No hay heridos.

20.03. Las aspas del Écureil levantan de nuevo el polvo del helipuerto de Cuatro Vientos. La salida urgente número 3.535 ha concluido con bien, gracias a la prec sa coordinación de Tráfico, Insalud, Cruz Roja y Guardia Civil.

La médica Cepas reemprende la lectura del libro de Sharpe. La emisora chapotea mensajes poco importantes. Anochece.

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