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Las mejoras de iluminación en puntos negros reducen un 26% las muertes de tráfico

Caminar por las travesías de las poblaciones o junto al bordillo de las carreteras supone asumir un riesgo mortal, especialmente a partir de la puesta de sol. Mientras el tráfico disminuye, los accidentes son la mitad de los producidos de día. Un estudio de la Asociación Española de la Caretera en puntos negros demuestra que donde se han instalado postes de luz se reducen las víctimas en un 26,4%.Los recogedores de basura suelen ser los únicos peatones que circulan de noche correctamente. Se les distingue mejor que al camión: cintas reflectantes en u vestimenta. El resto de los usuarios de las vías públicas no es tan precavido. Por una u otra causa, los pocos vehículos que circulan cuando no luce el sol (menos del 43% del tráfico diurno) son responsables de la mitad de los siniestros y un 50% de los accidentados encuentran una muerte nocturna.

Las claves de tantos fallecimientos en ausencia de luz natural son variadas. Sin duda, la falta de visibilidad es la primordial. Las estadísticas que maneja la Dirección General de Tráfico muestran que el número de peatones muertos en accidentes es 2,6 veces superior en zonas no iluminadas por la noche, lo que alcanza un 55,75% del total de atropellos mortales durante ese periodo.

Un estudio elaborado por Jacobo Díaz Pineda para la Asociación Española de la Carretera calcula que la probabilidad de verse implicado en un accidente con víctimas es 2,43 veces superior durante la noche. Si se relacionan el número de vehículos con los kilómetros recorridos al año, los accidentes mortales son 3,23 veces superiores de noche que de día y los muertos se incrementan 3,10 veces.

Lo que cuesta una vida

La ausencia de iluminación en los tramos donde se produce un mayor número de accidentes es decisiva, según el estudio. Tras examinar en Madrid, Barcelona, La Rioja, Orense y Valencia 30 tramos considerados como puntos negros (con tres o más accidentes en un año) en los que se ha intervenido instalando focos de luz, el número de accidentes se ha reducido en una cuarta parte.

Un detallado análisis de los tramos observados pone en evidencia que el 70% de las farolas no era correcto por fallos de diseño (30%) o mantenimiento inadecuado (23%). El seguimiento de la siniestralidad antes y después de la iluminación revela que en los cruces de carreteras con circulación escasa se reducen de 25 a 10 los percances y de 50 a 15 las víctimas. En los casos de circulación muy intensa, éstas disminuyen de 70 a 55.

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En los tramos negros con curvas el índice de peligrosidad cae de 1 a 0,98 cuando se establecen puntos de iluminación adecuada y en las rectas la peligrosidad relativa disminuye de 1,33 a 0,89.

La Asociación Española de Carretera concluye que una correcta iluminación es rentable socialmente. Aniceto Zaragoza, su director general, afirma que, si el valor de la vida de un español se estima en 100 millones de pesetas y el de un herido en 3,5, en cuatro años se amortiza el coste de la iluminación de una carretera convencional.

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