La camisa rosa del presidente se rompió en mil pedazos
Nadie se pudo escapar. Todos los que pasaron por el vestuario a celebrar el ascenso del Geta acabaron empapados."El Getafe a Segunda A", cantaban los jugadores empapados, entonando la melodía del Yellow submarine de Los Beatles. El presidente del club, Francisco Flores, fue el primero en pasar por la ducha. Y acabó sin camisa. Lució durante toda la tarde una vistosa camisa rosa. Había prometido al concejal de Hacienda que la rompería en pedazos si se conseguía el ascenso, y así fue.
Luis Sánchez Duque, el entrenador del recién ascendido equipo, tampoco escapó al baño. A pesar de su resistencia inicial acabó cantando debajo de la ducha, abrazado a sus jugadores y celebrando el fin de temporada como un aficionado más..
El entrenador que lloró
Tras la ducha, Sánchez Duque decidió brindar el triunfo a la afición del Getafe, el equipo de la ciudad del sur de la región (142.000 habitantes). Salió al césped a dar la vuelta de honor y, tras una buena serie de achuchones, acabó abrazando a su mujer y a su hija con lágrimas en los ojos. "Mi mujer es la que peor lo ha pasado, la que ha vivido de más cerca toda esta semana de nervios", decía el técnico getafense.
Pedro Castro, el alcalde de Getafe, tampoco escapó a los cubos de agua que el jugador Jaime lanzaba a todo el que pasaba porel vestuario. "Esto es increíble", declaraba el joven delantero Rafita. "Es el sueño de toda una vida".
Y el feliz técnico Sánchez Duque declaraba: "Se ha pasado muy mal. Yo sabía que no iba a ser un partido vistoso. Se ha conseguido y hubiese sido injusto sino llega a: ser así".
"Hemos sufrido mucho y ahora toca disfrutar", decía Jaime, el jugador que caló a todo el mundo en los vestuarios a base de cubos de agua. Y el presidente Flores añadía: "Esto era necesario para el pueblo, para que vaya para arriba y tenga lo que se merece".