Radiografía de una familia real
Los Windsor, el documental que emite este mes la cadena privada británica ITV y cuya adquisición negocia TVE, es una radiografía de la monarquía del Reino Unido. Para ello cuenta con personajes próximos a la familia real, imágenesde archivo y material reciente, incluidas conversaciones telefónicas privadas de Diana y Carlos de Gales. La realización está a cargo de un monárquico, Phillip Whitehead -cuyo documental Los Kennedy obtuvo un Emmy en 1993- y de un republicano, el escritor Piers Brendon.
Este documental quiere demostrar que la renovación es la clave de la supervivencia de la Corona británica, pero Whitehead advirtió que su trabajo no es un encargo de palacio.Cerca de cinco millones de telespectadores siguieron el primero de los cuatro capítulos de la serie, a pesar de su emisión a última hora de la noche.
En vísperas de la I Guerra Mundial, el ambiente antigermano acosaba el entorno de la corte británica. "Atacaron a mi padre, el primo del rey, porque tenía nombre alernán", señala lord Mountbatten, en el primer capítulo de Los Windsor. El propio rey, Jorge V, de sangre y apellido alemanes, tampoco escapó a esta ola de persecuciones. En el diario The Times, el escritor H. G. Wells denunció al monarca por presidir sobre "una corte extranjera y escasamente inspirada".
La renuncia a su apellido, Saxe Coburg Gotha, fue la solución. El documental informa que fue su secretario privado quien propuso la adopción de Windsor, en referencia al castillo baluarte de la monarquía británica durante más de 800 años.
Diversos testimonios confirman que el primogénito, Eduardo, se convirtió en la "estrella acorde con la época", en la figura pública que mejor comunicaba con la gente. En 1936, a los 41 años, Eduardo accedió al trono. Su deseo de hacer reina a su amante, Wallis Simpson, una norteamericana divorciada, se frustró por la presión de la Iglesia, de la clase política y de su propia familia. Su abdicación, a los 10 meses de su investidura, evitó una crisis constitucional, porque, a diferencia de Jorge V, el nuevo rey no disimuló su admiración por Alemania.
"Se preocupó por agradarnos en todo. Hitler estaba honrado con tener a un ex rey británico en su país", explica Reinhard Spitzy, el secretario de la embajada alemana en los años treinta. De fondo a sus declaraciones, la cámara presenta imágenes del duque de Windsor sonriendo y saludando a las masas con el tradicional estilo nazi.
Ningún familiar asistió a la boda de Eduardo, que, con el título de duque de Windsor, fijó residencia temporal en Francia. Eduardo VIII dejó paso a Jorge VI, un hombre de escasas dotes, cuyo reinado floreció gracias a la resolución y esplendor de su mujer escocesa, Elizabeth madre de la presente reina.
"La familia de ensueño comenzó a resquebrajarse", señala Ian Hislop, director de la re vista satírica Private Eye. La prensa había informado tímidamente sobre los motivos de la abdicación de Eduardo VII y sobre la relación íntima entre Margaret, hermana de Isabel II y Peter Townsend, un hombre casado. Pero anunció abiertamente el fracaso de su matrimonio con Anthony Amstrong-Jones, Lord Snowdon.Los medios en palacio
Los monarcas Windsor se aprovecharon de los avances en los medios de comunicación. "Con la llegada del sonido (la radio), mi mensaje se acercará a toda la Commonwealth", señaló la reina Isabel al acceder al trono. Un año más tarde, ordenó la retransmisión por televisión de su coronación en contra de la opinión del gabinete conservador y, en 1969, colaboré en la producción de su primer documental, La familia real. Unos 23 millones de espectadores vieron la faceta humana de los Windsor, su vida doméstica y familiar.
Con la llegada de caras nuevas a la dinastía, Diana Spencer y Sarah Ferguson, las ventajas que ofrecían los medios se tornaron drásticamente en contra de los Windsor. La serialización del libro de Andrew Morton, Diana: su historia verdadera, fue considerada por muchos como el punto decisivo en las relaciones con palacio. "Se abrió la veda sobre la familia real", opina Nicholas Soames, parlamentario y amigo del principe de Gales.
Las fotos de la duquesa de York y sus amigos americanos, la conversación teléfonica de Diana, en la que se queja de su matrimonio y maldice a la familia real, fueron publicadas abiertamente. El documental Los Windsor recoge también fragmentos de las eróticas declaraciones entre el príncipe Carlos y Camilla Parker.
La popularidad de los Windsor desciende con cada nuevo escándalo. Ni tan siquiera la visión del castillo Windsor en llamas, a finales del llamado año horrible, suscitó la compasión de los súbditos británicos. Como señala el programa de la ITV, el 95% de la población exigió a la reina que afrontara los costes de restauración de su baluarte.
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