Un tribunal absuelve a un acusado de homicidio, pese a creerle culpable
El futuro de Jerónimo Muñoz Muñoz, de 22 años, estaba muy comprometido apuntaban tantos indicios como autor de un crimen cometido el 10 de julio de 1992 que todo inducía a pensar que los próximos 8 o 10 años los pasaría entre rejas. El fiscal, por ejemplo, le pedía 13 años de cárcel. Sin embargo, no cumplirá ni un día: ha sido absuelto, a pesar de que el tribunal "cree que existe una alta probabilidad" de que Muñoz sea el auténtico criminal.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Arturo Beltrán, desmonta una por una todas las pruebas. El homicidio se produjo el 10 de julio de 1992. El encargado de un taller de desguace, José Carlos Gómez, fue abatido con cuatro disparos a bocajarro.El juicio se celebró en marzo en la Sección Quinta de la Audiencia de Madrid. Los jueces declaran probado que dos personas se acercaron ese día en tres ocasiones a los locales que la empresa Desguaces Boyacas posee en el polígono industrial Aymair, en San Martín de la Vega. Compraron un alternador de corriente para una furgoneta marca Ford Transit; horas después, regresaron con la intención de devolver el artículo y recuperar el dinero.
El encargado del desguace, José Carlos Gómez Bernárdez (el fallecido), les ofreció un vale para que adquirieran otro artículo "cualquier otro día", Pero rehusó devolver el dinero. No obstante, dijo que debía consultarlo con el jefe y quedó en darles la respuesta por la noche.
Es en la tercera visita al desguace cuando se produce el crimen. Tras una charla aparentemente distendida, uno de los individuos disparó cuatro veces contra Gómez. Huyeron en un Renault 5 Copa de color amarillo, según testigos. La Guardia Civil detuvo a Jerónimo Muñoz, que posee un coche de esas características, y a su cuñado, José González Fernández, de 17 años.
El tribunal asegura en su sentencia que hay "seis indicios" -declaraciones de testigos, reconocimiento fotográfico, características del vehículo o la confesión de culpabilidad de Muñoz- que apuntan al acusado como autor de los disparos. Pero matiza que sólo es "plenamente fiable" el que atribuye a Jerónimo la titularidad del Renault 5 Copa amarillo que dijeron ver los testigos y la confesión de culpabilidad que, según la Guardia Civil, efectuó el acusado.
Son las dos pruebas más consistentes. Pero no por ello "concluyentes" refuta el tribunal: "Según la Guardia Civil, había 21 propietarios de coches de color amarillo Renault 5 Copa Turbo con la terminación de la matrícula en FH; y el procedimiento utilizado para excluir a los otros 20 no ha quedado claro en el juicio",- indica la sentencia.
Interrogatorio
Otro ejemplo de refutación se da en la confesión ante la Guardia Civil, donde el tribunal dice ver "irregularidades procesales" en la confección del atestado, así como "contradicciones" en las declaraciones de los agentes. "Uno de los agentes dice que la confesión de culpabilidad de Jerónimo Muñoz se produjo cuando iba con ellos de Madrid a Tres Cantos. En cambio, el otro, asegura que fue en el trayecto entre el hospital Doce de Octubre y la Dirección General de la Guardia Civil". Fuese como fuese, no se trató de "una declaración espontánea" sino de "un interrogatorio" que, además, se hizo sin la presencia de un abogado, según los jueces.El tribunal zanja antes de dictaminar la absolución que el autor "pudo ser Jerónimo Muñoz, pero también pudo ser algún conocido suyo o un familiar más joven (uno de los testigos reiteró que los autores del hecho eran, unos críos). Y prosigue: "No es insensible [el tribunal] a la terrible tragedia de la muerte de un hombre en plena juventud, ni al sufrimiento de quienes le querían, pero entiende que no es lícito ceder a la tentación de buscar un chivo expiatorio".
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