Una fiesta sin fronteras
La próxima semana iremos a los toros con Michel, un viejo caballero norteamericano que vivió en España durante los sesenta, y aunque todavía no tenemos el gusto de conocerle, nos llegan buenas referencias de él. Son de parte de su hijo, Jim."Mi padre es un gran aficionado", nos dijo Jim, que se crió en Madrid durante aquellos años. "Le encantaba Paco Camino. Me obligaba a ir al colegio aunque tuviera 40 de fiebre, pero si toreaba Camino a 100 kilómetros a la redonda, inmediatamente me sacaba de clase. Eso es ser buen padre".
En cuanto empieza la feria de San Isidro, los aficionados extranjeros llegan a Madrid cual aves migratorias. El otro día a la salida de los toros encontramos a unos franceses quienes, según nuestra rudimentaria comprensión del idioma de Molière, analizaban la complicada lidia del cuarto astado con lógica cartesiana. Mas no por eso eran menos apasionados.
Pronto llegarán los del. Club Taurino of London. El último número de su boletín, La Divisa, contiene, entre otros artículos, tres feroces denuncias del afeitado de las astas de los toros, más detalladas crónicas de las primeras corridas de la temporada escritas por distintos socios.
Los ingleses también anuncian un concurso. Los participantes juegan a ser poderosos taurinos con 20 millones de libras esterlinas invertidas en una ganadería, una plaza de toros, dos matadores y un novillero. Conforme un complicado sistema de puntos -asignados según el juego de los toros, el número de espectadores que van a tu plaza, y los trofeos conseguidos por tus toreros- el ganador será aquel aficionado que mayor juego saque de su dinero. Se advierte que si alguno de tus toreros cae herido, pues tough luck: mala suerte. (Tough luck for the torero, also, claro).
Algunos de estos fans están dispuestos a respaldar su desmedida afición con dinero de verdad. Mark Haynes, ex director de La Divisa y un próspero hombre de negocios, acaba de formar una ganadería en el sur de Francia. "Bueno, tan sólo he comprado nueve vaquillas, de procedencia mixta", dijo Mark. "Pero estoy buscando un semental, y en septiembre celebraré la primera tienta". El director de lidia será un famoso matador español, cuyo nombre Mark no quiere que se revele por si le da vergüenza verse asociado con unos comienzos tan modestos.
Pero de pequeños comienzos nacen grandes empresas. ¿Quién sabe si en el siglo venidero se anunciarán toros de Mark en San Isidro? En un planeta de los toros cuya mera existencia es un milagro, cosas más maravillosas han pasado.
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