"Llegar a mil festejos en Las Ventas es un éxtasis"

Este banderillero nacido en Olvera (Cádiz) hace 54 años lleva ya 981 actuaciones, contando la del domingo, en la cátedra del toreo y durante esta Feria de San Isidro, o pocas fechas después, redondeará el guarismo mágico de 1.000. Una cifra inalcanzada en el pasado e inalcanzable en el más inmediato futuro. Ni los mejores toreros de la historia, los legendarios sacerdotes de esta religión compulsiva y laica, lograron tanto oropel cuantitativo. El Joselito que está a punto de entrar en la historia de la fiesta no es el primero que popularizó este venerado apodo, ni siquiera es el actual matador de toros madrileño que quiere ser digno heredero del mítico compañero de Belmonte. Es José Cabezas Porras, Joselito Calderón en los ruedos, quien colecciona paseíllos en la plaza más importante del mundo: la Monumental de Las Ventas. San Joselito Calderón, como le llama con fervor la afición madrileña por el gran número de cornadas que ha evitado gracias a su perfecta colocación sobre la arena venteña, intentó la gloria como novillero y ha llegado a la misma, al mito que hoy es, varios lustros después de cambiar el oro de matador por la plata de subalterno.Pregunta. ¿Cómo ha conseguido este milagro?

Respuesta. A base de un promedio de más de 60 tardes durante las últimas 15 temporadas. Como a la vez soy el encargado de tramitar, por parte de la empresa de la plaza, los contratos, hay muchos toreros modestos que no disponen de cuadrilla propia y me incluyen a mí.

P. ¿Es consciente de que, por esa razón, le llaman El Niño de la Oficina, amén de enchufado y otras lindezas?

R. Yo prefiero el apodo cariñoso de San Joselito Calderón; ahora bien, lo que quiero dejar muy claro es que ni ésta ni anteriores empresas me impusieron ni obligaron a nadie a elegirme. Los toreros lo hacen por dos razones: por mi gran conocimiento de la plaza y, para qué negarlo, porque no me tienen que pagar hotel ni dietas, pues como en mi casa y me visto en el mismo coso de Las Ventas.

P. ¿Qué se siente al estar tan cerca?

R. Algo indescriptible. Llegar a esta cifra es un éxtasis. Me enorgullezco tanto como si hubiera alcanzado la categoría de figura como matador. Como bien se sabe, aquí sale el toro con mayor trapío y pitones que en ningún sitio. Eso supone haberle puesto a ese tipo de toro casi dos mil pares de banderillas.

P. Y milagrosamente sin percance alguno. hasta el gravísimo de finales de la temporada anterior.

R. Así es, he tenido mucha suerte. Sin embargo, esa cornada fue tan fuerte que todavía no han desaparecido las secuelas.

P. ¿No es paradójico que al salvador de tantos percances nadie le echara un capote?

R. Son cosas que pasan, aunque cuando me metió el pitón el toro no había ningún compañero cerca.

P. También le han prometido un homenaje, ¿no?

R. Sí, a final de la temporada, cuando me retire obligatoriamente al cumplir los 55 años.

P. Una última cuestión: ¿es tan entendida como dicen la afición de Madrid?

R. Es la mejor. Y no me ciega el cariño que nos tenemos. Ni Sevilla ni nada, aquí se valora al torero en función de las condiciones del toro. Por eso los triunfos en Las Ventas son los únicos que lanzan definitivamente a un torero.