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Entrevista:

"Merece la pena trabajar muy duro"

Leontxo García

La supuesta inmadurez de Judit Polgar, 17 años, apenas se aprecia en esta entrevista concedida a EL PAÍS, en cuyas respuestas dominan la, serenidad y la claridad de ideas. La jugadora magiar se muestra muy satisfecha de la peculiar educación que recibió.Pregunta. ¿Se cree ya capaz de aspirar al Campeonato del Mundo Absoluto dentro de unos años?

Respuesta. No pienso en eso, porque sería negativo. Mi meta es meterme entre los diez primeros cuanto antes; luego, ya veremos. Esa mentalidad me permite afrontar cada reto, cada partida, por separado. Soy consciente de que ahora habrá una gran presión ambiental sobre mí. Todo el mundo querrá saber si este triunfo ha sido una casualidad o si soy capaz de repetirlo en los próximos meses. Pero eso no me va a afectar. Fíjese, en este torneo no he tenido ningún problema para dormir entre ocho y diez horas cada noche, a pesar de que estaba viviendo uno de los momentos más excitantes de mi vida. Nada más levantarme me sentía muy feliz y le pedía a mi madre que abriese las cortinas y conectase la radio para escuchar Los 40 principales. Pero siempre me he mantenido serena; cada partida era un desafío.

P. ¿Este triunfo puede ser un gran estímulo para que las ajedrecistas rompan su complejo de inferioridad?

R. Espero que sí, pero tengo mis dudas. Las jugadoras que quieran imitar mis éxitos tienen que darse cuenta, ante todo, de que la clave está en un trabajo muy duro e intenso, de ocho horas diarias por término medio. Mi mensaje a todas las ajedrecistas que quieran triunfar es este: merece la pena trabajar muy duro.

P. ¿Está satisfecha con la peculiar educación que recibió de sus padres?

R. Sí, mucho, hasta el punto de que la repetiré algún día con mis hijos si las circunstancias son favorables. Aunque sólo iba al colegio para. los exámenes, esa falta de contacto con gente sé compensaba por la cantidad de ajedrecistas que venían cada día a nuestra casa en Budapest. Además, empecé a viajar desde muy pequeña; ya conozco, más de treinta países y hablo varios idiomas. De todas formas, mi vida no es sólo ajedrez. Me gusta divertirme, hablar con la gente, jugar al tenis y al tenis de mesa, correr, practicar el aerobic, ver deportes por televisión, oír música, estar con mis amigos....

P. En los últimos meses ha mantenido muy buenas relaciones con Bobby Fischer [excampeón del mundo, buscado por la justicia de EEUU por violar el embargo contra Yugoslavia y evadir impuestos] lo que contrasta con el carácter machista que a" él se le atribuye.

R. Quizá haya cambiado su mentalidad en ese aspecto; yo no he apreciado signos de machismo en nuestras charlas. Es una personalidad muy interesante y tiene muy buenas ideas. Por ejemplo, la de sortear la posición de las piezas antes de cada partida. Me parece muy necesaria porque ahora hay partidas que siguen la teoría hasta la jugada 35, y eso no es bueno. Por otro lado, Fischer es antisemita y no sotros somos judíos, pero nos respetamos mutuamente.

Cambio de vida

P. ¿Es usted consciente de que su presencia ha cambiado la vida de los torneos?R. En cierto modo; me dí cuenta en Linares. Tengo entendido que Topálov [Véselin, búlgaro] comentó tras la partida conmigo que perder frente a una mujer no estaba en sus cálculos. Aunque se van acostumbrando paulatinamente, los jugadores de élite no terminan de aceptar que entre ellos hay una mujer; supongo se sienten algo incómodos. Por ejemplo, si van al servicio durante la partida, tienen que entrar necesariamente en el de hombres, y no en cualquiera de los dos, como hacían habitualmente.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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