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"¿Y si nos metemos un gol?"

Un jugador del Polvoritense marco en su puerta como protesta contra su presidente

Nadie creía lo que estaba viendo. Minuto 0. El árbitro pita -el inicio del partido. Un delantero del Polvoritense, equipo del barrio del Polvorí de Montjuïc, hace el saque y retrasa hacia Gaudenci Villa. El defensa coge el balón y se dirige hacia su portería, chuta y marca. A continuación, Gaudenci, su hermano Ricard, Jordi Zorrilla y Ton¡ Guzmán, los cuatro jugadores del Polvoritense, se sientan en el centro del campo y obligan a su entrenador a sustituirles.

La esperpéntica historia ocurrió en el partido que el domingo el Polvoritense perdió en casa con el Vallcarca (1-3). Con 32 puntos, el Polvoritense disfruta de una posición acomodada en la tabla del grupo III de Primera Regional. Sin embargo, la plantilla está destrozada por la "tiranía" de su presidente, Juan Santiago, Chena, según explican los protagonistas del incidente.

"Lo habíamos intentado todo", confiesa Gaudenci, de 22 años y estudiante de quinto curso de Derecho. "El presidente nos trata a todos como si fuéramos sus esclavos. La situación era irreversible. Nos debe las primas, y a algunos dos mensualidades. Pero este mes cayó la gota que colmó el vaso. El presidente pagó a algunos y a otros nos dijo que no porque no, le daba la gana".

Las primas de cada jugador ascienden a unas 40.000 pesetas y el sueldo, entre 10.000 y 12.000. "Si hicimos todo eso no fue por el dinero", añade Gaudenci. "Necesitábamos dar un golpe de efecto y, tras discutirlo, nos pareció el adecuado. En principio, 10 jugadores estábamos de acuerdo. Después, algunos se echaron atrás por presiones, pero en el campo mantuvieron una actitud de protesta".

Los problemas se arrastraban desde tiempo. Los jugadores se plantearon no salir del vestuario y no jugar un partido. Sólo la reflexión de algunos socios les hizo desistir. "Les exigimos a los socios que pidieran una asamblea y echaran al presidente. Pero no pudieron, porque el¡minó el censo electoral y dejó votar a los que quiso", comenta Gaudenci. "El presidente echó del equipo a los jugadores más caros y rebajó el sueldo a los demás. A tres de nosotros nos dio la baja, pero seguimos jugando porque el resto del equipo se puso a nuestro lado", añade.

Los protagonistas de la historia han decidido abandonar el club e incluso temen por su integridad física. Después del incidente, mientras se retiraban del campo, el vicepresidente Juan Santiago Molina, familiar, del presidente, Juan Santiago, persiguió a Gaudenci para intentar agredirle. Ninguno de los dos ha podido ser localizado para que explicara su versión de los hechos.

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