Los 'gorilas' del SaIzburgo desafían al Inter en la final de la UEFA
El pasado 7 de diciembre, Bobby Robson y sus acompañantes en el banquillo del Sporting de Lisboa estaban de pie en el estadio Lehen de Salzburgo. Al unísono hacían gestos de tijera con las manos para indicar que el tiempo se había cumplido mientras indicaban al cuarto árbitro que el avión les esperaba. El conjunto portugués, tras ganar el partido de ida por 2-0, se conformaba con la derrota por 1-0 que les abría paso a los cuartos de final de la Copa de la UEFA.En tiempo de descuento Hötter marcó el segundo gol de los austriacos y, a falta de siete minutos para el final de la prórroga, Amerhauser se anotó el tercero. Aquel resultado produjo el cese de Robson y su posterior trasvase al Oporto. "Si el equipo de Robson ganara la Copa de Europa" sonríe Otto Baric, el técnico croata del Salzburgo, "seremos los campeones morales de Europa". Hoy su conjunto, catalogado con perverso orgullo por algunos austriacos como "el peor equipo que jamás pisó la final de la Copa de la UEFA" recibirá al Inter de Milán en el partido de ida.
Aunque el Casino se prepara para una estrepitosa quiebra ante los multimillonarios del Inter, está dispuesto a apostar por el trabajo colectivo, el sacrificio, la agresividad y el bloque compensado que, con más trancas que barrancas, ha restaurado un grado de credibilidad al alicaído fútbol austriaco.
No es calumnia, sin embargo, afirmar que el Salzburgo no es candidato a ningún premio por juego limpio. No toca Mozart sino rock duro. A partir de la eliminatoria frente al Sporting, los gorilas del Casino han sido premiados con 26 tarjetas amarillas y dos expulsiones. El técnico, Baric, apura una sanción de cinco partidos por escupir en la cara a un jugador del Eintracht Frankfurt. Para cada partido ha de dividir la plantilla entre sancionados y no sancionados.
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