Oliverio Toscani,

el director de publicidad de Benetton, ha dimitido de su cargo tras acusar al gerente de la empresa, Aldo Palmeri, de tener un rígido y desfasado estilo de dirigir. El empresario Luciano Benetton tendrá que elegir entre el gerente, que ha vuelto al grupo después de dos años en Citibank, o el hombre que maquinó las campañas donde se ven modelos vestidos de monja y cura, condones de colores, genitales masculinos, un bebé cubierto de sangre y un blanco y un negro esposados. Toscani le dijo a Palmeri que desde que éste regresó a la empresa no puede trabajar como antes, reiría la burocracia y todo se hace más lento. Alberto Contri, presidente de la mayor asociación de publicistas italianos, cree que la última campaña de Benetton, donde aparece la camiseta ensangrentada de un soldado croata, muerto en la guerra de Bosnia, ha causado una indignación generalizada. Contri cree que los anuncios de Toscani cada vez impactaban menos y desagradaban más, aunque reconoce que los primeros eran de una calidad y efectividad incuestionables. Así que para el mago publicista puede haber concluido su carrera en la compañía de prendas de vestir, a menos que, como ha publicado algún periodista extranjero, Toscani aproveche esas disputas internas para vender más jerséis.