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En boca de Duque

La facultad de hablar claro, natural y sin descanso siempre ha distinguido al entrenador del Leganés, Luis Ángel Duque. El técnico del cuadro pepinero utiliza su irónica elocuencia con astucia para deleitar, conmover o persuadir, según las circunstancias de cada partido. Después de cada jornada, Duque encuentra el dicho o refrán que transmita el mensaje adecuado. Tras un comienzo fatídico de Liga, el entrenador repitió: "Con mis jugadores me voy a la muralla china andando con dos mulas y un bocata"

A las dos semanas, después del nuevo traspié, suavizó así la tragedia: "Como sigamos de esta forma, nos vamos a comer lo que le comió Pancho Villa al general Heras, las chumberas".

Cuando el panorama era aún más crítico, Y después de encajar una derrota por 2-6 frente al Badajoz, su expresión fue más cándida: "Yo no hago milagros. Aunque mi mujer se llame Lourdes, estamos en una situación dramática; pero a llorar, a los Paúles".

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También, y siempre en su línea, ha recurrido a fétidos embarazos para explicar los fracasos y problemas del equipo pepinero. "Nos ocurren tantas desgracias que ya sólo nos queda quedarnos embarazados para dar así el pedo mundial".

En los mejores momentos de su equipo, Duque también tiene recursos verbales para transmitir aliento: "Han dejado el campo teñido de azul, los jugadores se han dejado en la hierba el laurel del escudo" (la enseña del equipo, en efecto, va engalanada con laureles).

Hace varias semanas, tras obtener los dos positivos en Villarreal, Duque tampoco pudo contener su alegría, y, en una línea más cercana a la escatología, comentó: "Estoy tan contento que no me cabe una paja en el culo".

Además, también recurre a su fina sabiduría para convertir cualquier desgracia o revés en anécdota. Domina el refranero, y siempre encuentra el dicho adecuado que precisa cada momento. Cuando al equipo aún no le habían pitado un solo penalti en toda la temporada -el miércoles pasado sonó el silbato por primera vez ante el Éibar-, él aseguraba, ironizando sobre el particular maleficio del Lega: "El día que nos piten uno, a lo mejor lo tiramos al depósito del agua, o me da por mandar que lo lancemos como libre indirecto".

El entrenador del Leganés encuentra la respuesta justa en cada momento, incluso cuando se trata de una situación delicada. Frente al Palamós, en partido jugado en casa, un aficionado ofendió a su madre. Duque respondió: "No tolero que nadie se meta con mi madre. Al que lo haga le como la bolsa escrotal".

Duque tampoco tolera en las ruedas de prensa preguntas insulsas o malintencionadas. En Toledo, durante la reunión con los medios informativos tras el encuentro, un periodista le preguntó sobre una jugada dudosa del equipo madrileño. Respuesta: "O me estás vacilando o es que no he merendado".

El informador se quedó de piedra. No volvió a formular ninguna pregunta más.

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