Con siete basta
El Estudiantes confía en el esloveno Slavko Kotnik ante el Joventut
La economía no tiene secretos para el Estudiantes. Sólo así se explica que, en lo que va de temporada, haya fichado siete extranjeros sin sobrepasar el presupuesto destinado a tal capítulo. "Habrían saltado las alarmas", confiesa el vicepresidente Alejandro González Varona. "Aquí controlamos las cuentas con mucho rigor". El último en llegar ha sido Slavko Kotnik, sustituto del sancionado Jeff Sanders. Con el cambio, el Estudiantes se ahorra siete millones de pesetas: el estadounidense sólo cobré el 60% de su ficha de 70 millones, es decir, 42; de los 28 sobrantes, el club madrileño destinó 21 a la adquisición de Kotnik, con el que el equipo confía en superar hoy al Joventut (La 2, 12.15).Gracias a esa política y a grandes dosis de habilidad, el Estudiantes ha podido hacer frente a los variopintos contratiempos que en forma de inadaptaciones, lesiones, sanciones y nostalgias- han asolado a sus extranjeros esta campaña.
El internacional esloveno formará la definitiva tripleta foránea junto a Danko Cvjeticanin (35 millones) y Milce Schlegel. El Estudiantes también hizo un buen negocio contratando al neoyorquino, a quien paga 17 millones, la mitad de su cotización, puesto que la otra parte se la abonó el Pau-Orthez francés, en el que inició la temporada.
Los otros tres extranjeros han supuesto un gasto mínimo: el ucranio Guennadi Ouspenski (el inadaptado) costó 3,5 millones, poco más de los 2,8 que cobró Bo Outlaw (el nostálgico), pívot americano fichado para el filial de Primera B. Por último, los siete millones de Bob Harstad dan para mucho: suplió a Cvjeticanin las dos veces que el alero croata cayó lesionado este año y ahora milita en el filial.
La porción del pastel que corresponde a Kotnik es modesta (7 millones; los otros 14 pertenecen al transfer), pero al esloveno le sabe a gloria: "Tenga en cuenta", explica, "que el Venecia sólo me ha pagado 3.000 marcos [unas 240.000 pesetas] desde agosto".
Nacido en Maribor hace 31 años y formado en el Olympia Litibliana (10 temporadas), la primera experiencia de este pívot de 2,06 metros con el baloncesto pudiente no pudo ser más traumática.. "Lo pasé muy mal en Venecia, sobre todo por mi mujer y mis dos hijas. Por eso, lo primero que hice cuando me llamó el Estudiantes fue hablar con Cvjeticanin. Él me aseguró que este club era muy serio y que nunca tendría problemas para cobrar", reconoce Slavko Kotniki. "No podía arriesgarme a que me engañaran otra vez. Sólo me quedan dos o tres años para ganar algo de dinero con el baloncesto".
El nuevo jugador colegial pertenecía, en la Yugoslavia prebélica, a la tercera línea de jugadores de élite. Sólo en una ocasión integró una selección plavi, y no precisamente la absoluta: en la Universiada de Kobe (Japón) en 1985.
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