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"Yo creo que tengo la mayoría

El líder del metal, Manuel Fernández Líto (Mieres, Asturias, 1947), cree que se debe resolver en días el enfrentamiento que existe en UGT.

El candidato crítico a suceder a Redondo se ha enfrentado a la ejecutiva de UGT en un pulso de imprevisibles consecuencias. Lito no ve riesgo de ruptura del sindicato y ha empezado a recabar apoyos al margen del aspirante oficial.Pregunta. Con la convulsión que vive UGT por la crisis de IGS-PSV ¿no es suicida una batalla tan cruda por la sucesión?

Respuesta. Cualquier sucesión es difícil y más la de un compañero como Nicolás Redondo que es el líder carismático. Si además se mezclan otras cosas, se complica un poco más. La verdad que el tema PSV es un problema grave. que tenemos, no el único, pero sí el más grave.

P. ¿La UGT va a poder remontar el desgaste que está sufriendo con la crisis de PSV?

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R. Tenemos una pérdida de imagen y credibilidad y nos va a costar bastante recuperarla. Yo creo que al final lo haremos.

P. ¿Es la crisis más grave vivida por el sindicato?

R. Sí y se mezclan muchas cosas: el congreso, cambios profundos, el relevo de Nicolás Redondo y surge la crisis de las empresas. Es un momento muy serio.

P. ¿Quiénes son los responsables del fiasco de PSV?

R. En principio, los gestores. ¿La responsabilidad política? Parece que actuaban bastante al margen nuestro, pero no podemos decir que no era culpa nuestra. Quizás es que se nos ha ido de las manos al no ejercer un control más riguroso.

P. Redondo lamenta que ahora le critique. En cambio cuando le apoyó para desbancar a Antonio Puerta al frente del metal no le acusó de parcialidad.

R. Es cierto que me ha manifestado apoyo en muchas ocasiones y en el año 1988, que es la referencia que ha hecho, indudablemente. Yo me tiré sin paracaídas para defender la autonomía sindical, porque había un cierto desvío en la política sindical que me parecía grave. Por eso me duele mucho cuando la ejecutiva insinúa que un compañero significa el consenso y es el que garantiza la autonomía sindical y la unidad con CC OO. Por eso he dicho que debería ser un poco más neutral la ejecutiva, porque indirectamente te están acusando. Y eso duele a una persona que ha hecho todo lo contrario a lo que se está insinuando.

P. ¿En qué se diferencia su modelo de UGT del -que defiende Cándido Méndez?

R. En lo que conozco de Cándido Méndez, por cierto al que respeto mucho personalmente, la diferencia fundamental es la potenciación de las federaciones. Desde fuera puede parecer que estamos diciendo lo mismo, pero hay un matiz importante. Yo defiendo un marco general, el congreso confederal, y los congresos de federaciones que definen su estructura organizativa y la política sindical. Hablamos de un proyecto en el que la central sindical llegue hasta el último rincón, hasta el 80% de los trabajadores. Ahí tenemos la gran carencia de los sindicatos. ¿Qué ocurre en otros modelos que se están planteando? También hablan de las federaciones y luego en el día a día eso no se palpa.

P. El jueves le dio un plantón a Méndez, él había hecho un ofrecimiento público para iniciar los contactos ¿significa eso que rehúsa un consenso?

R. Yo no le di ningún plantón. He leído que él decía que nos ibamos a ver. A mí no me ha llamado.

P. Pero hay una cuestión de fondo: ¿rehúsa negociar con Méndez una lista única?

R. No, desde el principio he dicho que estoy dispuesto al consenso y lo creo muy necesario, no imprescindible. No suscribo la teoría de que tiene que haber una candidatura porque si no es la debacle. Lo mejor para este sindicato, y más en estos momentos, sería el consenso, pero desde la mayoría.

P. ¿Y usted tiene la mayoría?

R. Yo creo que sí tengo la mayoría.

P. Entonces le corresponde a usted ofrecer el consenso.

R. Yo ofrezco el consenso, pero para toda la organización.

P. ¿Qué apoyos tiene?

R. Cuento con apoyos un poco por encima del 50%.

P. Pero un sindicato no se gobierna con el 51% de los votos.

R. No, es que sería una locura gobernar con el 51%. Yo estoy diciendo que teniendo la mayoría estás en condiciones de salir y decir: negociamos. Si no esto puede ser como las sectas y salir candidatos por todos lados diciendo: éste es el mejor.

P. Esos apoyos son pronunciamientos de dirigentes y quienes tienen que decidir son los precongresos de marzo.

R. Exactamente, por eso yo quiero ser muy cauto en esto. Me baso en la voluntad que parece que manifiestan los que van a ir al congreso, es decir la base y que a veces contradice al propio secretario general de su organización.

P. ¿Van a llegar al Congreso con la división que hay ahora? ¿No existe riesgo de ruptura de la UGT?

R. No, yo la ruptura de UGT no la veo por ningún lado. Ahora, no sería bueno llegar al congreso así. Esto hay que resolverlo muy pronto.

P. ¿Cómo?

R. Sumando. Con algunos compañeros estamos a punto de lograrlo.

P. No me salen las cuentas, porque sus adversarios dicen tener también la mayoría.

R. Eso no es verdad. Yo no conozco sus apoyos y algo tenía que saber.

P. El debate de las ponencias parece una excusa. ¿Lo que se juega es una batalla por el poder? R. Al final están las personas, pero está claro que desde 1979 no hemos hecho cambios profundos. Tenemos una estructura organizativa deficiente para garantizar respuestas en las pequeñas empresas.

P. Si usted es el próximo secretario general se planteará la unidad de acción con CC OO?

R. La unidad de acción con CC OO la estoy practicando, a veces con altibajos. Alguna que otra frustración hemos tenido las dos federaciones como en el tema de la siderurgia. Cuando se habla de unidad orgánica eso son palabras mayores. No se puede hacer en un laboratorio, se hace desde abajo. Y tenemos una relación muy buena en algunas fábricas y en otras no tan buena.

P. Dicen que usted es el candidato del PSOE y del Gobierno.

R. Sí, se dicen muchas cosas. Alguno dice que soy el hombre de Serra. Yo no me he visto desde que estoy en Madrid con ningún dirigente del partido. Lo he hecho intencionadamente, porque uno sabe el terreno que pisa. Tengo el carné del partido, pero lo tenemos muchos.

P. Las relaciones de UGT con el PSOE ¿están bien o han de cambiar?

R. Un sindicato debe tener buenas relaciones con todo el mundo. ¿Eso es posible? Si resulta que no somos capaces de arrancar nada, si el partido tiene la tentación de meterse en el sindicato y mover las cosas como lo hizo durante un tiempo, eso genera muchos problemas.

P. ¿Está de acuerdo con la reforma laboral del Gobierno?

R. En absoluto. Es una auténtica barbaridad y por eso fuimos a la huelga general. En mi sector se ha entendido muy bien porque el paro fue auténticamente unánime.

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