Matutes se lanza a una larga precampaña para las, elecciones europeas

Abel Matutes se ha lanzado ya a la carrera electoral. El comisario europeo de Transportes y Energía iniciará la próxima semana una larga precampaña con vistas a las elecciones al Parlamento Europeo. Matutes será el número uno de la lista del Partido Popular (PP). Aunque las elecciones están previstas para el próximo junio, el todavía comisario europeo ha decidido hacer acto de presencia en la escena política española mediante conferencias y coloquios.

Abel Matutes ha permanecido siete años en Bruselas como miembro de la Comisión Europea, lo que le ha tenido alejado de la primera línea de la política nacional, aunque ha estado puntualmente informado. Incluso ha gozado de la confianza del Gobierno socialista, que ha elogiado su cooperación y su talante negociador.El comisario europeo, que permanecerá en ese puesto hasta que sea proclamado oficialmente por el PP candidato a eurodiputado, forma parte del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, y antes había sido vicepresidente de Alianza Popular. En octubre del año pasado, José María Aznar contó con el visto bueno del presidente del Gobierno para la sustitución de este comisario por Marcelino Oreja, ex ministro de Asuntos Exteriores con UCI) y ex secretario general del Consejo de Europa.

Matutes iniciará su precampaña la semana próxima con una conferencia sobre los retos de la Unión Europea. Una iniciativa nada aislada. El Partido Popular anunció ayer mismo un importante despliegue para conectar con todos los sectores afectados por las decisiones que se toman en Bruselas. El aparato organizativo de la formación, así como sus asociaciones afines, como la Fundación Cánovas del Castillo o la Fundación Humanismo y Democracia, convocarán numerosas conferencias para dar a conocer las opiniones del Partido Popular.

En esa campaña participarán los actuales eurodiputados del PP, los dirigentes del partido y, de manera especial, el nuevo cabeza de lista para el Parlamento Europeo. En los anteriores comicios europeos, en 1989, ese puesto lo ocupó Marcelino Oreja. Sus resultados no fueron lo suficientemente buenos, lo que frustró su posible designación como candidato a la presidencia del Gobierno español. Ahora, Matutes ha declarado que estas elecciones serán las primeras que gane el Partido Popular.

Aznar pidió ayer a todos los presidentes regionales y provinciales de su partido, reunidos en Madrid, que realicen el máximo esfuerzo para conseguir que ese deseo de victoria se convierta en realidad, porque es un objetivo alcanzable.

Renovación municipal

El vicesecretario general del PP Mariano Rajoy indicó ayer que la otra línea, estratégica de su partido para los próximos seis meses pasa por la renovación de los dirigentes municipales. A lo largo del semestre se realizarán congresos en las localidades de 10.000 a 50.000 habitantes, una vez que ya han concluido los congresos regionales y provinciales del partido. De esta forma, y con nuevas iniciativas para aumentar la militancia del partido, los populares quieren extender su implantación territorial. En las pasadas elecciones legislativas del 6 de junio, el PP ganó en 34 capitales de provincia.

En una breve conferencia de prensa, Mariano Rajoy se sumó a las críticas de otros dirigentes de su partido hacia el ministro del Interior, Antoni Asunción, en relación con un posible cambio de estrategia antiterrorista. "El debú de Asunción no fue un buen debú, y soy enormemente generoso en la expresión. Yo quiero decir que lo prioritario sigue siendo la unión de todos los demócratas frente a los que matan y a los que les amparan".

Este dirigente popular rehuyó comentar la crisis abierta entre Convergència y Unió, pero aprovechó para corresponsabilizar a la coalición nacionalista catalana de la política económica del Gobierno de Felipe González. Mariano Rajoy ratificó además la ambivalente actitud del Partido Popular ante la huelga general convocada por los sindicatos mayoritarios para el próximo día 27: rechazo de la huelga propiamente dicha, y comprensión de la irritación de las centrales sindicales.