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Las reinas del tatami

Miriam Blasco y Almudena Muñoz son las grandes bazas españolas en los Mundiales de yudo

Madrid Miriam lloró en Barcelona porque recordaba a su amigo y entrenador, Sergio Cardell, muerto un mes antes de los Juegos en un accidente. Pero ya sabía lo que es ganar un gran título. Antes que el olímpico había logrado el mundial. Almudena, en cambio, aunque era su debú en la gloria, no derramó una sola lágrima. "Es que soy muy tímida, estaba muy emocionada, pero no lo podía expresar porque todo el mundo me miraba y ¡madre mía! quería desaparecer". Miriam Blasco y Almudena Muñoz, las dos grandes campeonas, son de nuevo la mejor baza del yudo español en los Mundiales que comienzan mañana en Hamilton (Canadá).Miriam se retiró después de los Juegos. Pensaba subir de categoría, de los 56 a los 61 kilos, pero se sentía desmotivada para seguir después de ganarlo todo. Sin embargo, volvió. Superó la ausencia de Sergio y encontró de nuevo la motivación con la ayuda de su entrenador y psicólogo, José Antonio Arruza, que tanto la ayudó ya en los Juegos. No podía resistir la atracción del tatami. "Es un nuevo reto, una nueva etapa, una nueva olimpiada. Hay cosas que me perjudican y otras que no. Las rivales son más grandes, pero también entran más y eso me va bien. Al final hay más cosas que me benefician", admite.

El yudo en sí, siempre con técnicas nuevas para aplicar, es de una gran variedad. Miriam cuenta lo que le dijo Sergio cuando ganó el Mundial: "Bueno, ahora hay que cambiarlo todo. Tus rivales ya saben cómo las has ganado. En Barcelona habrá que hacerlo de forma distinta".

En su nueva categoría ya ha notado el cambio y sólo pudo ser quinta en los Campeonatos de Europa disputados este año en Atenas. En realidad, como todos los años posolímpicos, tampoco se lo ha tomado con demasiado empeño. Es de transición. Miriam ya sueña con Atlanta 96 o los Mundiales y Europeos previos de 1995. El oro olímpico es la mayor atracción. "En septiembre de 1994 es cuando empezaré a preparar Atlanta", comenta. "Este año ha sido de contacto con el nuevo peso y voy a ir a ganar el Mundial, eso está claro, pero no tengo la misma tensión".

Almudena, sin embargo, sigue viviendo su cuento de hadas. tras ganar en Barcelona confirmó su calidad al lograr también el Europeo de los 52 kilos. Sin forzar se ha encontrado en la cumbre y ahí sigue, aunque en el yudo influye hasta el sorteo de rivales. Pero ella, con su sencillez lo resume fácilmente: "Es que he subido de nivel y me he mantenido, nada más".

Los triunfos olímpicos sí les han sido rentables esta vez a ambas. Han cambiado muchas cosas. El apoyo del Consejo Superior de Deportes es incluso mayor que antes y hasta el contacto con el nuevo presidente es mucho más entrañable. Miriam lleva el centro de tecnificación de la Consellería de Deportes en Alicante, donde sigue viviendo y entrenándose, salvo cuando se concentra en Madrid o viaja a competiciones. Almudena también tiene trabajo. Dirige en Valencia la escuela municipal de yudo. Tiene incluso un despacho. Son los milagros del oro.

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