Durán dimite como director general de la ONCE

Miguel Durán, de 38 años, ha presentado su dimisión como director general de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), con lo que ha culminado su progresivo distanciamiento de la actual cúpula de la entidad. En una nota difundida ayer, la ONCE aseguró que Durán había presentado "verbalmente" la dimisión, pero que el Consejo General aún no había tomado ninguna determinación al respecto. Fuentes de la entidad señalaron que, sea cual sea la decisión final, Durán continuará desempeñando puestos de responsabilidad dentro de la ONCE.

Como sustituto de Durán, que previsiblemente pasará a dedicarse a las actividades internacionales de la ONCE, ayer se citaba a Enrique Servando, actual director general adjunto.En medios de la organización se aseguró que la dimisión de Durán será efectiva en las próximas horas, pero tampoco se descartaba algún acontecimiento en la reunión del Consejo General, prevista para esta semana -quizás hoy-, o de la ejecutiva de la Unión Progresista, grupo al que pertenecen los altos cargos de la entidad, incluido Durán. Según las mismas fuentes, Durán desea continuar como presidente de Gestevisión, la propietaria de Tele 5, en la que la ONCE posee el 25% de las acciones. No obstante, en estas mismas fechas la entidad negocia rebajar al 6% su participación.

Miguel Durán -un abogado progresista con antigua militancia en las juventudes del PSUC- y su equipo de jóvenes profesionales colocaron a la ONCE en 1989 en el mundo de las altas finanzas. La venta del cupón superaba entonces los 200.000 millones de ingresos anuales y éste fue el trampolín hacia 70 sociedades a las que se atribuía, el pasado enero, un valor de mercado entre 100.000 y 160.000 millones de pesetas.

Este entramado empresarial incluye, entre otras actividades, inversión financiera (Finonce), participación en industrias (Indonce), servicios (Servionce), inmobiliaria (Surba) y comunicación (Divercisa).

La propiedad del 0,8% del Banco Central, 15.000 acciones en Banesto y una espectacular alianza con los Albertos y Cartera Central y con el empresario catalán Javier de la Rosa le otorgaron un lugar propio entre los grandes de la economía española durante el primer decenio de Gobierno socialista; la inversión en 17 empresas del mundo de la comunicación le proporcionaron popularidad, imagen y poder: Tele 5, la agencia Servimedia, El Independiente, la cadena Rato, Diari de Barcelona, La Economía 16, Onda Cero... Durán fue desde entonces la cara de la ONCE. Recelos y pugnas internas onginaron fricciones en el seno de la organización, que se plasmaron a finales del 92 cuando, tras unas elecciones internas, que ganó Durán, se determinó un nuevo reparto de competencias.

Su incursión en los medios de comunicación fue mayoritariamente ruinosa, y el cierre de El Independiente, en octubre de 1991, con pérdidas estimadas de 2.600 millones anuales, una baza para sus enemigos, que también le acusaron de inversiones poco prudentes, falta de democracia interna y empleo de métodos poco ortodoxos -detectives privados y filmaciones ocultaspara controlar a sus adversarios.

Amistad con Guerra

Se le recriminó ser un guerrista convencido, dada su amistad con el ex vicepresidente del Gobierno. Nadie pudo aprovechar en su contra, sin embargo, sus buenas relaciones con el PSOE, porque Durán obtuvo de la ministra Matilde Fernández la autorización para realizar potentes inversiones. La ONCE, al ser una "corporación de derecho público, con carácter social, bajo protectorado del Ministerio de Asuntos Sociales", precisa del visto bueno del titular de dicho departamento para ciertas operaciones financieras.Desde diciembre de 1992, Miguel Durán Campos perdió el control del grupo de empresas de la organización, que pasó a ser dirigido por José María Arroyo, presidente de la ONCE y auténtico hombre fuerte de la entidad. Actualmente, la venta del cupón supone para las arcas de la organización más de 350.000 millones anuales, de los que queda un 15% de beneficio neto.