Defensa levanta un pabellón para mujeres en la prisión militar de Alcalá de Henares

La incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas españolas, que se inició tímidamente en 1988 y desde entonces no ha dejado de ampliarse, está obligando a todos los estamentos y ámbitos militares a adaptarse a la nueva situación. Ahora le ha llegado el turno a la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid), donde el Ministerio de Defensa está construyendo el primer pabellón penitenciario castrense para mujeres, que contará con servicio de guardería.Durante los dos últimos años, tras la ronda del Defensor del Pueblo por las prisiones militares, Defensa ha clausurado casi todos sus centros penitenciarios -Ferrol, Figueres, San Fernando, Santa Catalina, Cartagena y otros- y se ha quedado únicamente con dos: la cárcel de Alcalá de Henares y la de La Isleta, en Gran Canaria. El paso a la jurisdicción civil de la mayor parte de los antiguos delitos militares, como la insumisión, ha vaciado los presidios castrenses, que actualmente tienen menos de un centenar de internos, unos 55 de ellos en Alcalá.

Obras de remodelación

En la cárcel militar madrileña se están realizando actualmente importantes obras de remodelación, cuyo principal objetivo es remozar las instalaciones y adaptarlas al nuevo reglamento penitenciario militar, que entró en vigor el pasado 1 de enero. Dicho reglamento instaura en las cárceles militares el régimen abierto -que permite a los internos ir a prisión sólo para dormir- y obliga, por ejemplo, a separar los presos preventivos de los que cumplen condena.La principal novedad, sin embargo, consiste en la creación de un módulo especial para mujeres, que se sumará a los pabellones para oficiales, suboficiales, soldados profesionales y de reemplazo. El nuevo pabellón femenino tendrá una veintena de celdas individuales y, en el futuro, está previsto dotarlo con un servicio de guardería, en previsión de que las internas convivan con sus hijos, como sucede en las prisiones civiles.

Actualmente, las Fuerzas Armadas cuentan con un centenar de mujeres, entre oficiales y suboficiales, la mayoría en cuerpos técnicos, que fueron los primeros en admitir la presencia femenina, en febrero de 1988. Un año después se abrieron a las mujeres las puertas de las academias de los ejércitos. Además, 69 mujeres superaron las pruebas para convertirse en soldados y marineros profesionales en la convocatoria del pasado año y un número similar pueden conseguirlo este año, aunque tienen vetado el acceso a la Legión y a otras unidades de élite. El nuevo pabellón podría albergar también a miembros femeninos de la Guardia Civil, ya que dicho cuerpo está sujeto al Código Penal Militar.