Rominger critica a Mejía y a Jaskula
"Para mí el Tour se ha acabado. Seguiré luchando porque me lo pide el corazón y porque si no fuera así ya me habría ido a casa hace días, pero Induráin no perderá nunca los seis minutos que nos separan". Las palabras de Tony Rominger, el líder del Clas Cajastur, tuvieron un acento distinto al de jornadas anteriores.
La etapa de Andorra había sido un bocado áspero para Rominger. El corredor suizo no se vio demasiado cómodo en la jornada de ayer. Amagó más que intentó algún que otro ataque, pero siempre se encontró con la respuesta adecuada. El cambio de temperatura le recordó los problemas de asma del pasado y sus ataques se limitaron a tímidos tirones en los últimos kilómetros. "Me he sentido muy mal. Espero que tras la jornada de descanso puede estar al mismo nivel que en los Alpes".
Al cruzar la meta de Pal, la mirada de Rominger tenia un destello de rabia. varo Mejía y Zenon Jaskula, segundo y tercer clasificados de la general, respectivamente, eran la causa. "No entiendo la actitud de estos corredores. Están mucho más cerca que yo de Induráin y se limitan a ir a su rueda, sin atacarle nunca. El único que a veces lo intenta soy yo". El suizo justificó el ritmo lento de la etapa: "No se puede pedir más a la gente. Han sido siete horas y media encima de la bicicleta y 5.500 metros de altitud escalados. Cada vez hay menos fuerzas".
Miguel Induráin estuvo de acuerdo: "El Tour está en su última semana y nadie está para hacer alardes. Todos vamos con las fuerzas justas para aguantar en grupo. Además, el viento ha convertido la etapa en un infierno. Por eso no ha habido más ataques. Cada vez que lo intentabas, te ibas para atrás".
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