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TENIS / ROLAND GARROS

Arantxa cumple y Conchita falla en París

Dos caras para una misma moneda: Arantxa Sánchez, en el corredor, de la gloria; Conchita Martínez, en el trastero de la derrota. No es nuevo. Son distintas maneras de ir por la vida. El tenis español no pudo disfrutar el logro histórico de colocar a dos mujeres en las semifinales de Roland Garros. Habrá que conformarse con la de siempre, Arantxa Sánchez, quien, tras derrotar a la checa Jana Novotna (6-2 y 7-5), luchará mañana por la final con Mary Joe Fernández (EEUU). Martínez sucumbió ante Anke Huber (Alemania): 6-7 (2-7), 6-4 y 64.

Qué contraste: Arantxa en la red, con el puño en alto y la boca torcida en un grito de rabia por haber sufrido más de la cuenta en el segundo set; Conchita, sepultada en la silla con ojos llorosos tras habérsele escurrido entre los dedos la posibilidad de llegar a semifinales, algo inédito en su carrera. Fue la foto finish de dos caminos distintos. Uno, el de Arantxa, lleva a la antesala del éxito. El otro, el de Conchita, sigue sembrado de dudas. ¿Cuándo explotará tan soberbia tenista?En París no basta con una buena derecha, como la de Conchita, o un revés explosivo, como el de Arantxa, para llegar a la final. Es preciso dejar un trocito de piel en el mango de cada raqueta, una gota de sudor en cada esquina de la pista y convencer al público de que nadie más merece la victoria. Arantxa redactó esa teoría en 1989 con una victoria bella por inesperada. Conchita va por otro lado. Sánchez recurrió a su juego más sanguíneo para impedir la recuperación anímica de una rival que comenzó a jugar bien al final. Martínez se hundió en su incapacidad para demostrar al adversario que ella es la mejor. Cuando Arantxa grita en la pista es para decir "Vamos". Cuando lo hace Conchita es para decir "Mierda".

La menor de los Sánchez llega por tercer año consecutivo a las semifinales de París. Está en un momento inmejorable: seis finales en 1993 y cuatro títulos en el bolsillo. Con Novotna había perdido ocho veces de diez partidos. Quedó probado que era un dato irrelevante: la última vez que dobló la rodilla ante la checa en tierra batida fue en 1989. Desde entonces, la progresión de Sánchez ha sido soberbia. Novotna no posee tenis ya para detenerla. Ayer ofreció algo de resistencia en la segunda manga. Con el público de su lado, defendió como un jabalí herido cinco puntos de partido, hasta entregar plaza en el sexto. "Me ha costado acabar, pero en ningún momento me he puesto nerviosa. Me siento muy fuerte", dijo la española.

El muro

El adiós de Conchita destiló infinita tristeza. La aragonesa fue incapaz de superar un muro, el de cuartos, contra el que se ha estrellado cinco años consecutivos. La encargada de mostrar las carencias anímicas de Martínez fue esta vez la alemana Anke Huber, mucho más ambiciosa en un partido gris -14 rupturas de servicio y 110 errores no forzados- que necesitó más tiempo del preciso (2.36 horas).Conchita gana los partidos más por calidad que por empeño. Sin embargo, a igualdad de condiciones, gana la que, más pone en la balanza. Martínez se mueve cómoda en duelos tibios. Con su gran repertorio de golpes tiene suficiente. Pero cuando la victoria requiere sufrimiento, algo se cierra en su cerebro. Tras su victoria en Roma y su sexto puesto en la clasificación mundial, la joven española llegó dispuesta a buscar algo grande en Roland Garros. Parecía estar en ello cuando ganó el primer set: había levantado un par de rupturas y se mostro inclemente en la muerte súbita (7-2). Sin embargo, vaciló en la segunda manga y entregó la tercera. En ella dispuso de 15-40 en el séptimo juego. No empujó 1-0 suficiente y Huber defendió su saque hasta el décimo, en el que rompió con una bola sobre la línea que envió a la española al patio de los perdedores.

La próxima rival de la española, Mary Joe Fernández, dio la gran sorpresa de la jornada al eliminar a Gabriela Sabatini (Argentina, 3ª) en el partido femenino más largo en la historia de Roland Garros (3.34 horas): 1-6, 7-6 (74) y 10-8. La semifinal de la parte alta del cuadro la disputarán Steffi Graf (Alemania, la) y Anke Huber. Graf venció a Jennifer Capriati (EEUU, 6ª) por 6-3 y 7-5.

La llama española está hoy con Sergi Bruguera. El catalán luchará con Pete Sampras por llenar un vacío histórico: el dejado por José Higueras en 1983 con su acceso a semifinales. Desde entonces, ningún otro tenista español ha estado tan cerca de una final en París.

Resultados: Hombres (cuartos de final): J.Courier (EEUU, 1º) ganó a G.Prpic (Croacia), 61, 4-6, 6-0 y 7-5.

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