"No quiero que mi vuelta sea un homenaje"

El próximo 12 de junio cumplirá 34 años. Desde que tenía 16 ha supeditado sus vacaciones a la selección. Este año, de forma imprevista, Epi se ha visto obligado a retrasar de nuevo su descanso veraniego.

Pregunta. ¿Le han fastidiado las vacaciones?

Respuesta. Tenía dos meses y ahora ya no los tengo. Pero no es nada nuevo. He estado 18 años yendo a la selección durante el verano. Cuando me llamaron me llevé una sorpresa y me quedé sin poderlo creer.

P. ¿Cuándo le llamaron?

R. Tras perder el último partido contra el Joventut. La federación me dijo que había mucho interés por parte de Lolo para que fuera. Me pidieron que lo meditara, que acudiera, que me necesitaba. Para mí eso no es presionar. Para mí es un halago. Que un entrenador te lo pida así cuando para él es más fácil dar una lista y punto. Lolo se ha significado tantísimo, incluso en pleno play off y perdiendo por 2-0. Ha sido el elemento más importante para que me decidiera a aceptar. Si alguien apuesta tan fuerte por mí, yo no voy a decirle nunca que no.

P. ¿Qué le dijo?

R. Me llamó tras el último partido de la final de la Liga. Me dijo que me necesitaba, que esperaba que dijera que sí. Yo le comenté que en ningún momento quería volver a la selección en plan de homenaje. "Pero si me dices, sin ningún condicionante de nadie, que me quieres y me necesitas, te digo que sí", le dije.

P. ¿Le comentó incluso el trabajo que desea que realice?

R. Contribuir con unos minutos de juego como lo he hecho este año en el Barcelona, ayudarle en su relación con los jugadores y, en mi papel de capitán, en la relación entre los jugadores y la federación, que es también importante.

P. ¿Se ha sentido cómodo como sexto jugador en el Barça?

R. Yo soy un profesional. Lo que más me gusta es que este año lo he demostrado en mayor medida. He paado de ser un jugador muy importante en minutos de juego y en puntos, en quien la gente cree, a una etapa en que todo ello disminuye. Es muy difícil asumir ese cambio. Estoy contentísimo. En lugar de hundirme, he asumido la situación y he ido a más.

P. ¿Le ha costado mucho decidir su vuelta a la selección?

R. Sí, me ha costado. Desde que me lo comentaron hasta que respondí pasaron unos 10 días. Yo ya estaba retirado. No es que no quisiera estar en la selección, sino que pensé que era ley de vida. Me ha costado volverme atrás porque soy una persona que casi siempre -lo digo porque esta vez no va a ser así- cumple su palabra.

P. ¿Le ha molestado que se hablara de la obligación de acudir y de posibles sanciones?

R. No me ha gustado. Aunque no creo que fuera por mí. Apareció en los medios de comunicación y no me di por a ludido. Si he estado 18 años....¡por mí no podía ir! Pero me ha molestado porque a la selección tienen que ir los que quieren ir, los que tienen ambición y deseos. No se debe acudir por la fuerza.

P. ¿No es un agravio comparativo lo de Biriukov?

R. Tengo entendido que cuando hablaron con él dijo que no, mientras que yo acepté pensármelo porque así me lo pidieron. Es decir, yo había cerrado la puerta, pero no con llave. Son casos diferentes.

P. ¿Cree que tienen que existir unas reglas al respecto?

R. No. Mejor dicho, sí. Tiene que haber una regla, la que establezca que todos los que tienen que ir son los que lo desean. Eso tiene que ser respetado.

P. En ese sentido, ¿pueden hacer algo los jugadores?.

R. Tal vez. Es como si la elección de seleccionador no se negociara, sino que se impusiera por la fuerza. ¿Verdad que nadie discute que el seleccionador pueda negociar y decir que no?