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Entrevista:

"Induráin puede mejorar aún"

Ferrari, uno de los 'gurus' de la medicina deportiva, lleva a Rominger y Argentin

Carlos Arribas

Michele Ferrari, de 43 años, está considerado como uno de los gurus del ciclismo moderno. Especialista en medicina deportiva, se formó en la cátedra de Francesco Conconi, el célebre médico de Ferrara (Italia) que salió a la luz por su preparación revolucionaria de Francesco Moser para el récord de la hora, en 1984. Desde 1988 va por libre, aunque aplicando los métodos de su profesor. Por su consulta pasan algunos de los mejores ciclistas, como Tony Rominger o Moreno Argentin. Se considera que todos los que pasan por sus manos experimentan un gran aumento de su rendimiento.

Pregunta. ¿Induráin?

Respuesta. A Induráin le veo muy seguro y muy bien aconsejado.

P. ¿Cree que ha alcanzado su techo?

R. No, no creo que esté al máximo de su capacidad. Pienso que aún puede seguir mejorando otros dos o tres años.

P. ¿Cómo lo podría hacer?

R. Hay que individualizar y saber en qué es más débil. Puede mejorar en cuanto a resistencia. Su punto débil, creo, son los ataques lejanos. En este Giro sólo se le puede derrotar con un ataque sorpresa, desde lejos. El problema es que no hay ninguna etapa que se preste a ese tipo de táctica. No hay etapas como las del Tour, como aquella del año pasado del ataque de Chiappucci en Sestriere. Desde luego, como no se le puede derrotar es esperando al último puerto.

P. Parece que le considera casi imbatible.

R. No tanto. Este año, Induráin tendrá problemas en el Tour. Por lo menos, más que el año pasado. Habrá más enemigos, como Rominger.

P. Y en este Giro, ¿Quién puede hacerle daño?

R. Fondriest, Bugno y Chiappucci.

P. ¿Fondriest?

R. Sí. Maurizio Fondriest puede ganar el Giro. Va muy fuerte. El. ciclismo es extraño y este Giro no es tan duro.

P. ¿Será capaz también de mantenerse en la contrarreloj de Sestriere?

R. Cuidado con Fondriest. Ya se ha visto en la primera contrarreloj. Este puede ser su año mágico.

P. Algún punto débil tendrá.

R. Su problema es la meteorología. Si llueve, tiene problemas en la espalda, dolores lumbares. También puede pasarlo mal en un par de etapas. De todas formas, no exageremos. Aún está por debajo de Chiappucci y Bugno.

P. ¿Cree que Bugno puede ganar el Giro?

R. Bugno va fuerte. Y le veo especialmente bien de cara al Tour. El problema es que siempre duda. Tiene siempre dudas de más. Tiene miedo a atacar desde lejos. Le falta la osadía de Chiappucci. Por ejemplo, en la Vuelta a Lombardía. Rominger, que al final ganó, le dijo a Bugno a mitad de recorrido que se fuera con él, y Bugno le respondió que no, que quedaba mucha carrera y que les pillarían. Entonces, Rominger se escapó con Chiappucci. Si se hubiera ido con Tony, Bugno habría ganado. Venía de ganar el Mundial y la Vuelta a Emilia. Estaba en gran forma.

P. ¿Y Chiappucci?

R. Chiappucci es un escalador típico, más que un contrarrelojista. Su posición en la bicicleta puede que no sea estética, pero es súper eficaz.

El caso Zülle

P. ¿Le parece sorprendente la explosión de Zülle?

R. Zülle hace demasiadas carreras como protagonista para su edad, 24 años. Corre el peligro de quemarse, de alcanzar su máximo a los 25 o 26 años, aún lejos de su madurez fisiológica. Espero que Zülle pague de una forma u otra este gran crecimiento. Si no, será el número uno.

P. ¿Los medicamentos juegan algún papel en su técnica?

R. Sí, pero no son determinantes. Entre los mejores hay una gran uniformidad en la preparación farmacológica. Es imposible buscar diferencias en ello. En este mundillo las noticias pasan de uno a otro corredor con mucha rapidez.

P. ¿Qué habría sido de Eddy Merckx si hubiera dispuesto de una preparación como la que ustedes procuran?

R. Es tonto pensar así. Nunca se sabrá lo que habría sido. Pero sí que puedo afirmar que Merckx, transplantado tal como era, con sus condiciones, no ganaría nada en el ciclismo actual. Por ejemplo, tomemos uno de los parámetros fundamentales, el consumo máximo de oxígeno. Conocemos que el de Merckx era de 78 mílilitros por minuto y kilo de peso. Compárelo con los 86 de Induráin, los 84 de Bugno o los 83 de Rominger.

P. ¿Tanto ha cambiado el ciclismo?

R. Hace sólo 10 años, en la época de Hinault o Fignon, el nivel medio era muy bajo. Ahora es mucho más fuerte. Argentin, que lleva 14 años de profesional, me lo decía el otro día. Subieron un puerto en el que antes todos usaban el plato pequeño, de 42 dientes. Pues Argentin vio sorprendido anteayer que, había nada menos que unos 50 ciclistas con el plato de 53 dientes.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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