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Bruguera confirma ante Leconte su dulce momento

El Vengador Enmascarado, el Zorro, Riton.... todos murieron con Henri Leconte en París. Así vistió Francia el partido entre su ídolo y Sergi Bruguera: la prensa atribuyó a Leconte todo tipo de sobrenombres de historieta.. El malvado sargento García/Bruguera, escribieron, contra el Zorro justiciero. No ganó el malo. Ganó el mejor. El trabajo de Bruguera fue rápido: 7-6 (7-3), 6-1 y 6-0, en 1.46 horas. Como premio añadido, Bruguera vio aclarada su parte del cuadro con la eliminación de Ivan Lendi ante el francés Stephano Huet, de 22 años y 294o de¡ mundo, por 3-6, 7-5, 6-0 y 7-6 (7-2).

Enfrentarse a Leconte en París es un problema serio. El francés convierte todos los partidos en una cuestión más próxima al escroto que a la cabeza. "Ganará el que más cojones tenga. Voy a salir con el cuchillo entre los diente?, había anunciado. Con estos elementos y varias frases desafiantes más, quiso convertir la central en un matadero. Falló: cuando quiso sacar el cuajo, las piernas se le atascaron; cuando buscó con rabia algún golpe, el brazo se le dobló. Del lado del francés estaba el instinto, la adrenalina, la agonía. Del lado del español, el juego, el manual, el academicismo. Se impuso el laboratorio.Bruguera llevó el partido a la lógica. Ralentizó los puntos, aguantó los nervios iniciales, trazó un tenis meticuloso y frío, y recordó que enfrente tenía a un tipo más viejo que él (29 contra 22 años), peor clasificado en las tablas (11º contra 660) y contra el que no había perdido nunca. El primer set mantuvo cierta emoción. Bruguera, encogido, no resolvió hasta el quinto punto de set, ya en la muerte súbita. En ella halló la tranquilidad necesaria para convertir el encuentro en una exhibición.

El trabajo no ha terminado: otro francés, Thierry Champion, espera al catalán. El cuadro del número uno español se vio inesperadamente aclarado por la derrota de Ivan Lendl (EEUU). El checo de origen, con un palmarés que ofrece ocho títulos del Grand Slam y once finales disputadas, dobló el lomo ante Stephane Huet, un chaval desconocido surgido de la fase previa, del que los ordenadores saben poco. Hasta ayer, su máximo logro había sido clasificarse para el torneo de Marsella y perder en la primera ronda con el croata Goran Prpic.

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