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Garzón vuelve al 'lugar del crimen'

El juez en excedencia participa en mítines en la ría de Arousa, donde organizó sus mayores redadas antidroga

Xosé Hermida

"Confiábamos mucho en usted como juez, espero que ahora no nos decepcione". Con gesto tímido, propio de un recién llegado a la política, Baltasar Garzón abandonó el destartalado cine de Noia (La Coruña) entre los besos de las señoras que habían acudido a aplaudirle. En junio de 1990, Garzón se convirtió en una leyenda en la ría de Arousa al haber logrado desmantelar las principales redes del narcotráfico gallego en la denominada Operación Nécora. Ayer, casi tres años después, el juez en excedencia volvió al lugar del crimen, ahora para convencer a sus votantes de que seguirá luchando contra el narcotráfico desde la política.Quizá en pocas zonas de España los socialistas confíen tanto en el tirón electoral de Garzón como en Galicia. El hombre que fue jaleado por cientos de mujeres al grito de "Garzón, vales un montón" es ahora una inmejorable baza para el PSOE en el feudo de Fraga.

A pesar de todo, la gira electoral fue menos multitudinaria que los atropellados viajes de Garzón a Galicia para encarcelar a decenas de narcotraficantes. El viaje se programó a última hora, fue discreto por razones de seguridad, y encima la lluvia frustró un recorrido en barco por la ría.

En la calle de Falcone

A mediodía, el candidato socialista y el secretario general de los socialistas gallegos Antolín Sánchez Presedo llegaron a Noia, un pueblo tan peculiar que ha dedicado una calle al juez siciliano Giovanni Falcone, asesinado en 1992 por la Mafia.

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Garzón fue recibido por unas 300 personas en un viejo cine con las paredes desconchadas. "Mira, va con todos los capos", bromeaban a la entrada del local unos ancianos al ver al candidato acompañado de los dirigentes socialistas locales.

Al magistrado en excedencia le cuesta trabajo adaptarse a su nuevo papel. Nada más entrar en el cine, en vez de subirse al estrado, se sentó en las sillas de primera fila, hasta que alguien le recordó que la tribuna de oradores era para él.

Garzón se esforzó en presentar el programa del PSOE como el único "realista", aunque reconoció que otros partidos presentan propuestas "que pueden ser idealmente mejores, pero que están hechas para adular el oído". Luego pasó al ataque contra el PP, al que reprochó que haya usado la corrupción "como arma arrojadiza" y que pretenda la criminalización del consumo de drogas".

A la puerta del cine aguardaban discretamente a Garzón el juez local y varios funcionarios. El grupo se tomó fugazmente unas cañas antes de que Garzón tomase el coche para dirigirse a Vilagarcía de Arousa (Pontevedra). Allí, al candidato socialista apenas se le pudo ver más que cuando hace tres años desembarcó con sigilo, acompañado de una legión de policías, para detener a los principales capos de la comarca. Garzón no paseó por las calles y se limitó a dirigirse al Ayuntamiento, donde se entrevistó con el alcalde, Joaquín Gago (PSOE). Más tarde almorzó con militantes socialistas.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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