El Joventut afronta muy presionado su segundo partido contra el Madrid
La presión y sus consecuencias han cambiado de barrio en la final de la Liga de la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB). Ahora está con el Joventut. Una nueva victoria hoy (18.00, La 2) del Real Madrid, tras la inicial del pasado jueves, colocaría al actual campeón en estado de coma casi irreversible, pues ningún equipo ha levantado una losa de 2-0 en una eliminatoria por el título.
El conjunto verdinegro está obligado a efectuar cambios de estrategia respecto al primer partido de la serie al mejor de cinco. En la apertura del duelo jugó sin chispa. Ofensivamente, correcto, aunque inconstante. Defensivamente, falto de la solidez necesaria; sobre todo, para frenar la sangría de los triples. Con Villacampa limitado por su lesión en una mano y Ferrán atemorizado ante la alargada sombra de Sabonis, su ataque, siempre elegante, se atascó.
Tras dar el primer paso, el Madrid permanece a la espera. Sus porcentajes de tiro le invitan al optimismo: 10 de 17 en los de tres puntos (57%), 21 de 27 en los de dos (77%) y 20 de 24 en los libres (82%). Serán, pues, muy difíciles de igualar y hablan de una buena concentración por parte de sus jugadores. El gran defecto blanco, las pérdidas del balón, son asumidas hasta por su propio entrenador. "Es nuestro sino" comentó con acento resignado Cliford Luyk.
Ante el segundo acto, en definitiva, el Madrid se encuentra a verlas venir mientras que el Joventut tiene la imperiosa necesidad de tapar algunas vías de escape si no quiere volver a Badalona con el agua al cuello. No seria recomendable para él.
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