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Los españoles son los más teleadictos de Europa, después de los británicos

Los españoles son los segundos teleadictos de Europa, después de los británicos, con un consumo diario de 207 minutos de televisión, según un informe elaborado por el Centro de Estudios de Tendencias Sociales de Italia, y facilitado por la Asociación Española de Telespectadores y Radioyentes (ATR). Los ancianos y los niños son los que más tiempo pasan frente al televisor. Según varios estudios, la teleadicción provoca obesidad, atrofia el intelecto y produce signos de depresión larvada, abulia, inmadurez, asociabilidad, frustración y pereza.

Estudios realizados en la Universidad de Nuevo México (Estados Unidos, 1990) demuestran que calificar a una persona como teleadicta no es una figura metafórica, sino una realidad. Una de las investigaciones revela que entre el 2% y el 12% de las personas que ven la televisión se consideran a sí mismos como teleadictos y se sienten desgraciados con ese vicio, del que, según sus declaraciones, no son capaces de salir por sus propios medios. Muchas personas que ven con frecuencia la televisión acuden a este medio, según el estudio, cuando se encuentran al borde del estrés y no como forma de pasar un rato agradable. Estos individuos "utilizan la televisión como un sedante".Los españoles suelen comer y cenar, y en algunos casos desayunar, con la televisión encendida en una proporción superior a la de otros ciudadanos de la CE. De cada 100 españoles, 57 se reúnen en torno a la mesa con la televisión encendida. En la CE este porcentaje se sitúa en un 54%.

Nivel cultural

Los niños españoles, entre los tres y los 10 años, dedican de 3,30 a 4 horas al día en ver la televisión, cuando un estudio de la Sociedad Europea de Biosociología (1991) considera que el uso razonable de la televisión en un niño no debe superar los 50 minutos diarios.Un tercio de los padres reconocen que sus hijos ven demasiada televisión y un 22% opinan que la televisión es un buen instrumento educativo y sensibilizador. Según este estudio, el consumo televisivo infantil está en proporción con la preparación cultural de los padres, y cuando los padres acompañan a los hijos ante la pequeña pantalla, éstos comprenden mejor el mensaje, además de seleccionar con más criterio los contenidos.

En cuanto a los ancianos, la Sociedad Española de Biosociología señala que si en los niños el uso exagerado de la televisión puede conllevar comportamientos violentos, en los ancianos supone disminución de la capacidad intelectual, perdida de memoria e, incluso, procesos de demencia. En la mayoría de las residencias, asilos y hospitales la principal distracción para los ancianos es contemplar el televisor. Esta actividad tiene, entre otras consecuencias, el bloqueo del movimiento del anciano.

Pasar más de tres horas al día delante del televisor favorece la obesidad y puede llegar a atrofiar el intelecto, según el doctor Luis María Gonzalo, catedrático de Anatomía de la Universidad de Navarra. La obesidad es favorecida por el sedentarismo, la falta de ejercicio y la sobrealimentación que conlleva ver la tele. "Una parte de los anuncios que aparecen en la televisión", indicó, "son de tipo alimentario, sobre todo los que se consumen entre horas y los que más engordan, como chocolates, bombones, dulces y helados".

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