Inspiración leyendas

Cuando Bilardo inicia une conversación sobre fútbol, e difícil pararlo. El técnico argentino es tan fiel a sus ideas que es capaz de justificar coinun mal ejemplo, que compar te otros pensamientos que no se le atribuyen y por los que s le, critica. Cuando se le pregunta por la inspiración en e fútbol, asegura tajante: "Yo creo en la inspiración". Si embargo, el ejemplo que relata lo descubre. -"Yo tuve de maestro al nóbel Bernardo Houssay. Hablo con artistas escritores... A menudo, con un pintor muy amigo. Él va a la Pampa, mira el horizonte y, después, lo refleja en sus cuadros. Algunos lo entienden; otros, no. Pero él se levanta a las ocho de la mañana y se acuesta a las diez de la noche, trabajando". Inspiración, sí; pero antes, trabajo.Bilardo es quizá el técnico que más trabaja en la Liga. Comparte ideas como la del psicólogo, "siempre que sepa de fútbol", y rechaza las primas a terceros. La estadística es, a su entender, el complemento perfecto de la estrategia. Por eso estudió la del baloncesto. Asegura que las estadísticas revelaron que el baloncesto es mejor cuando se marca al hombre, "por eso se prohibió marcar en zona". Pero las cifras son un arma de doble filo y, desde su llegada al Sevilla, se han vuelto contra él. Bilardo se defiende. Afirma que sus defensas son los menos amonestados del equipo y lo prueba con un gráfico en el que el Sevilla, por juego duro, es el décimo.

Ganar

La leyenda que arrastra el discípulo de Zubeldía se ha vuelto una pesada carga para su imagen pública. Sin entrar en discusión, Bilardo asegura que fueron "historias que inventaron". "¿Cómo voy a envenenar el agua? ¿Estoy loco? ¿Dónde llevaba la arena? Es increíble. Me dolió lo de Bernao, es falso". Bilardo aseguró que son mentiras como las que le contaba su padre y sentencia: "Para mí, lo importante es ganar, pero no a cualquier precio. Eso lo pusieron otros. Nunca nadie pudo hablar de que tuvo sospechas de nuestra actuación deportiva".

Las polémicas imágenes del domingo tampoco le inquietan. "Yo pienso así, como Prost, Alí o Connors. Enfrente tengo al rival y hay que pisarlo, arrasarlo..., como quiera, pero siempre entre comillas. Luego, paseamos, cenamos... Creo que hay que valorar también la actitud del técnico fuera de la cancha porque otros, unos santos en el banco, con sus declaraciones de la semana hicieron un bombardeo".