Crisis política en Portugal por el fichaje de Futre

El fichaje de Paulo Futre por el Benfica ha causado una crisis política en Portugal. El Gobierno de Lisboa anunció la destitución de los dirigentes del Ente Público de Televisión (RTP) y de la Empresa Pública de Publicidad (RTC). El escándalo, destapado por el semanario Independente, ha generado una polémica acerca de la participación de sociedades estatales en la compra del futbolista del Atlético d Madrid.

Según informaciones confirmadas por directivos del Benfica, la adquisición de Futre fue posible porque este club fue el primero en poder hacer frente al pago exigido por el Atlético para que el traspaso fuese inmediato. En ese sentido, el club lisboeta vendió a la televisión estatal. los derechos de transmisión de 22 partidos suyos en las tres próximas temporadas, incluyendo los de las competiciones europeas Según los especialistas, la cadena realizó un "excelente negocio", puesto que pagó por cada en cuentro una cantidad aproximada a los 25 millones de pesetas. Como comparación, se citan los 75 que abonó el canal privado SIC, del ex primer ministro Francisco Balsemáo, por cada uno de los del propio Benfica que transmitió en el último trimestre de 1992.

El presidente del histórico equipo lusitano, Jorge de Brito, propuso ayer rescindir el contrato televisivo, por unos 550 millones, y el publicitario, por otros tantos, informa Efe. Antes, sin embargo, el ministro Marques Mendes, portavoz del Gobierno, había recalcado el calificativo de "intolerable" para el hecho de que un organismo estatal se comprometiera en un negocio que originó reacciones de desagrado en la opinión pública por la importancia de la cuantía desembolsada y el hecho en sí.

En los medios deportivos prevalece, no obstante, la opinión de que lo que pesó más fue la inmediata reacción de los otros grandes clubes, el Sporting y el Oporto, que también pretendían a Futre y se quejaron de "competencia desleal".