_
_
_
_
BALONCESTO / LIGA EUROPEA

El Real Madrid aplasta al Benetton de Trevisio

Luis Gómez

El Madrid aplastó al Benetton con el marcador en la mano. Puertas adentro no necesitó para semejante hazaña ser especialmente eficaz ni estar particularmente inspirado. Kukoc viaja por Europa al volante de un utilitario italiano y es lógico que muestre síntomas de aburrimiento y deseos irrefrenables de cambiar de modelo. El croata limitó su actuación al segundo periodo con tiempo suficiente para presenciar sentado la deplorable actuación de sus compañeros durante el periodo inicial. El Benetton llegó al descanso con 19 tantos en su haber. El Madrid sigue invicto y a la espera de encontrar oposición de mayor fuste; la Liga Europea se le queda corta.Es dificil tratar con indulgencia la actuación del actual campeón italiano. Lo más sensato sería pensar que, dados los problemas físicos de Kukoc y la escasa trascendencia del choque, el Benetton había echado cuentas y despreciado el valor de este partido. Desde el salto inicial se mostró sin ánimo de combate y, lo que es más grave, ni siquiera trató de especular con el marcador, una actitud que nunca suele ponerse en duda en cualquier representante de la spaghetti Liga. Cada acelerón madridista se midió por ventajas de 10 tantos tan nítidas como estables. Tres empujones de ese calibre firmaron una ventaja superior a los 30 tantos. Pocas veces un encuentro de baloncesto se concluye con aritmética de parvulario.

El espectáculo, pues, quedó reducido a la interpretación madridista, que fue de menos a más bajo la evidencia de que el resultado no corría peligro. Desde esa perspectiva, el Madrid sigue alimentando un par de debates, uno de consumo interno y otro para la polémica. Es el primero, la alternancia entre Antúnez y Lasa, una pareja de bases dispar que hace pensar que pueden ser más complementarios que incompatibles. Sin embargo, el aficionado perspicaz se habrá dado cuenta de que cuando surgen los atascos, Lasa ofrece una lectura clarividente. Ayer sólo hubo cierta indigestión mediada la primera parte, y ahí estuvo el joven director para tramitarla con evidente soltura. Fue el responsable del primer acelerón que dio al Madrid 14 tantos de renta al descanso.

El segundo empujón, nada más iniciarse la reanudación, fue la respuesta de Antúnez, más cercana a lo racial que a lo racional: triples y contraataques abrieron el camino para la brecha de los 20 tantos, al que asistió en directo Kukoc sin tiempo para entrar en calor. El tercer y definitivo empujón no es mérito de ningún jugador en especial; dejémoslo en simple reacción por euforia colectiva: el público pedía más, y había que darle satisfacción.

El otro debate, de interés general, está centrado en Sabonis, cuya capacidad de intimidación es superior en Europa. El pívot lituano provoca mayor número de personales en la Liga continental que en la nacional, detalle que permite hablar de un supuesto doble rasero. En el momento en el que fue más necesario Sabonis, entró en juego su potencial y terminó pisando la línea de tiros libres jugada tras jugada. Eso en España no sucede, dicen, que los lanza muy de tarde en tarde. Semejantes cuestiones fueron suscitándose sin que fuera necesario reparar en lo que hiciera el contrario. Y ese rival era el tatareado Benetton, que circula por Europa con etiqueta un tanto falsa. Es el equipo de Kukoc, bien es cierto, pero no el modelo que necesita la clase del croata. Kukoc exige mayor cilindrada a su lado, no las modestas prestaciones de un utilitario.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_