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Contra el PRI vale una suegra

Una anciana y su yerno compiten en México por hacerse con el puesto de gobernador

No se sabe si existen precedentes en la historia de la democracia política, pero, de cualquier modo, si tenía que pasar en algún sitio- ha sido en México. Una suegra y su yerno, para colmo casado con la única hembra de la familia, competirán electoralmente en abril y desde bandos diferentes por el Gobierno de uno de los Estados más importantes del país: San Luis Potosí, tan ingobernable que en poco más de un año ha tenido tres gobernadores.

Ella es Concepción Calvillo, de 72 años, y él, Horacio Sánchez Unzueta, de 44 y candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido de toda la vida en México. Doña Conchita, como popularmente se conoce a la suegra del candidato del PRI, representa a la oposición y es la viuda del doctor Salvador Nava, un médico potosino que falleció hace unos meses con la aureola de haber sido reconocido en vida como el Gandhi mexicano.

La historia, que aparentemente destila cierto tufillo a culebrón, encierra, sin embargo, las claves más complejas de la política mexicana. Concepción Calvillo ha llegado a la política, ya en la tercera edad, por ser la viuda del doctor Nava, quien durante 35 años peleó arduamente y desde una provincia contra el poder monolítico y caciquil del. PRI hasta convertirse en un símbolo nacional.

Nava murió el 18 de mayo último. Diez meses antes, ya enfermo y con 78 años, desafío al PRI como candidato de una coalición opositora en las elecciones para gobernador en San Luis Potosí. El PRI se adjudicó la victoria, pero, como todo olía a podrido, primero cayó el gobernador electo, luego se nombró un interino, que también cayó, y, por último, se convocaron las elecciones que se avecinan. La bandera de Nava, que con un cáncer en la vejiga inició una marcha de protesta a pie hacia la capital mexicana que le quitó durante varios días el sueño al presidente Carlos Salinas, la tomó su viuda. Y se creó un partido con el nombre del médico fallecido, integrado por la viuda y sus tres hijos varones. Medio Estado les apoya.

Quien no tuvo cabida en el partido fue la hija predilecta de Doña Conchita, casada con un político profesional del PRI, que hace unas semanas fue seleccionado por su partido con la difícil y doble misión de no dejar ganar a una buena candidata que. además es su suegra. Hasta ese momento la polarización en San Luis Potosí ponía los pelos de punta, porque entre priístas y navistas se decían de todo.

Ahora, como todo queda en casa, empieza a reinar el respeto y los buenos modales, ante los ojos atónitos del electorado. Doña Conchita, frente a su yerno, ha dicho que pedirá fervientemente la protección de Dios. De momento parece que desde el cielo se están portando bien con ella porque su yerno, acosado por los periodistas sobre sus relaciones familiares, ha entrado en campana con el paso cambiado y se ha volcado en gentilezas hacia su suegra. "La señora Nava es ante todo una dama", ha dicho muy convencido.

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